Y lo hicimos, hemos sido ejemplo para tantos trabajadores que a veces pierden su fuente laboral por las crisis o las decisiones patronales. Hoy les llaman «empresas recuperadas». Nosotros sacamos la cabeza gracias a las ideas y a la acción del «Gordo», a quien le pagaron de mala manera. Hoy la cooperativa ya no existe. Y al diario lo hemos perdido desde el momento en que tres o cuatro pícaros se infiltraron y se dejaron seducir por los favores del «jefe».
El lector debe saber que la ignominiosa mascarada que dice llamarse EL INDEPENDIENTE no es tal. ¡Pobre «Gordo»! Tantos sueños tirados a la basura. Algunos que por nuestras canas todavía nos animamos a levantar nuestra voz en las asambleas lo hemos advertido pero ha sido en vano. El plan urdido por el «jefe» está próximo a finalizar.
Nos han ido echando uno por uno a los que no han podido quebrar con prebendas y favores. No hay sustento ideológico. Y debe saber el gobierno nacional (y popular) por el que rogamos, luchamos y esperamos tantos años, que los que pretenden ser sus interlocutores en el diario no son genuinos.
El diario ha sido vaciado ideológicamente y sus periodistas silenciados, perseguidos y echados como perros después de haber dejado su vida allí.
Tristemente, lo que ha trascendido a la opinión pública es cierto en gran medida. La venta de ejemplares ha caído entre el 30 y el 40% y el poco dinero que ingresa se lo gastan en fiestas que ofrecen al poder como las distinciones de fin de año que insumieron en el ágape casi 60 mil pesos. Y eso sin contar los auspicios, donaciones, suplementos y cuantas cosas que ni siquiera permiten salvar los costos. Y los viajes que a razón de tres o cuatro por mes realiza el Consejo de Administración o los denominados «gerentes».
En todo este contrasentido hemos tenido que escuchar de boca del presidente de la cooperativa que el último año, ha sido un ejercicio negativo, es decir, hemos perdido dinero y además, muy suelto de cuerpo, ha pronosticado que a lo mejor este año, salvamos la pérdida, tal vez. Pero hace unos días, han mandado a publicar en el diario que se invertirán 6 millones de pesos en la nueva planta impresora. Entonces, hay plata o no hay plata.
El lector debe saber también que durante treinta años fuimos 60 socios y que ahora todos los días están ingresando nuevos, obviamente para hacer lo que les manden. En poco tiempo más, se bajará la persiana y entonces sí que Dios se apiade del diario y de nosotros.