A los mendigos… ni agua. Así lo ordena Flavio Tosi, alcalde de Verona y número dos de la Liga del Norte, quien ayer promulgó por la mañana una ordenanza municipal que, sobre todo, prohíbe distribuir alimentos y bebidas en algunas zonas del centro de la famosa ciudad.
Sacando pecho, el hombre desde hace siete años se encuentra al frente del Ayuntamiento veronés no tiene el más mínimo reparo en reconocer que el objetivo principal de la nueva normativa es dejar a los sin techo de esa área sin comida ni bebida e invitarles de ese modo a que se busquen la vida en otro lugar. Y ay de quien se atreva a desobedecer o dejarse llevar por los buenos sentimientos: tendrá que pagar una multa de hasta 500 euros.
«En los últimos meses la zona se había convertido en un área de acampada permanente de numerosas personas sin domicilio fijo, algunas de ellas conocidas por las fuerzas del orden público y con procedimientos de expulsión del territorio nacional. Por este motivo ha aumentado de manera preocupante la degradación urbana, con auténticos campamentos con colchones, restos de comida, suciedad y un creciente peligro higiénico y sanitario a causa de las necesidades de quienes acampan allí en las horas vespertinas y nocturnas», destaca Tosi.
Exactamente en esa misma zona, y siempre con la idea de apretarles las tuercas a los vagabundos y a los ‘sin techo’, nuestro hombre ya instaló en los bancos municipales unos apoyabrazos estratégicamente estudiados para evitar que los mendigos pudieran extenderse sobre ellos a dormir.
Y su manía de prohibir comer en la calle tampoco es nueva: hace ya tiempo, en nombre del decoro y de las buenas costumbres, prohibió consumir alimentos junto a los monumentos más señalados de la ciudad. Una normativa que sin embargo degeneró en bufonada cuando trascendió que el brazo de la ley había caído con todo su potencia sobre un crío de cuatro años pillado en flagrante delito mientras se merendaba un bocadillo a las puertas del Palacio Barbieri. Sus padres tuvieron que pagar una multa de 50 euros.
Las ONG que prestan asistencia a los sin techo ya han puesto el grito en el cielo por la nueva ordenanza. Pero Tosi está acostumbrado a las polémicas, que le acompañan desde que en 2007 fuera elegido alcalde de Verona.
Desde entonces, y por citar sólo algunos ejemplos, ha prohibido consumir alcohol en las calles de algunas zona del centro de la ciudad y algunos parques públicos para poner fin al botellón veronés, y también ha promulgado una ordenanza contra la prostitución callejera que prohíbe en todo el territorio municipal parar el coche para contratar servicios sexuales.
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