La política debe basarse en el respeto más allá de las diferencias.
En estos tiempos difíciles para mi familia, deseo que todos tengan paz y amor. Quiero referirme a lo sucedido días atrás con la Concejal Brizuela, con quien tengo todas las diferencias políticas, pero a quien deseo el bien en todos los aspectos de su vida y sobre todo para sus cuatro hijos, a quienes aprecio y por quienes mi familia rezó y reza.
En este contexto quiero reconocer que mi hijo está atravesando una enfermedad durísima, desde luego algunos sabían, pero nunca hice de esto algo público, sino que por el contrario guardé mi dolor, empujando con la familia para sacarlo adelante. Lejos de victimizarme, priorice cuidar y tratar con discreción un tema tan sensible para mi hijo, familia y amigos, un tema que nos duele pero que no nos detiene.
Hace unos días regresé de Córdoba de acompañarlo en su tratamiento, me puse a trabajar como siempre con el compromiso de mi equipo y la fortaleza que Dios me da. Éramos pocos ese día trabajando en la comisión. El concejal Gonzalo Brizuela me acompañaba. De pronto, a los gritos y con una violencia verbal desmedida, increpándonos por la solicitud de rendición de cuentas que hicimos al ex intendente Ricardo Quintela y al concejal Machicote, recibimos una inesperada amenaza de parte de la Concejal Alcira Brizuela, quién nos dijo: “la van a pagar con la familia y ustedes ya la están pagando” … más otras palabras que no deseo reproducir. Aún no entiendo el enojo, hemos pedido numerosos informes a la gestión actual, y nunca nadie reaccionó así.
Desconcertado, no caí pero sentí el dolor del rostro de “Lupa”, como llamamos a Gonzalo.
Seguí trabajando… el cansancio, las tensiones me hacían actuar como por inercia, hasta que caí. Y claro, es eso lo que combato, esas actitudes que desde lo personal se trasladan a lo político. La violencia, el apriete, el abuso de poder teñido de una gran mal educación.
Es por eso que reflexionando en este tiempo cercano a la navidad y por las duras situaciones que he pasado, llamo a Alcira y a toda nuestra sociedad a reflexión. La política no es una guerra de todos contra todos, es una construcción. No es solo la búsqueda del poder, es sobre todo la edificación del bien común. Para esto respetarnos es básico, más allá de las diferencias que existan que siempre las hay, hasta en un hogar.
El odio no debe guiar nuestras acciones… me pregunto ¿cómo puede trabajar por el prójimo, una persona que se maneja de esa forma?
BASTA DE ESTO, BASTA DE QUE SE CREAN QUE PUEDEN DECIR Y HACER CUALQUIER COSA, nuestra Rioja necesita trabajadores de la política, no gente que solo lucha por conservar sus lugares de privilegio.
Alcira, deseo todo lo bueno para tu vida, hijos y familia. Con integridad física y espiritual te respondo desde lo más profundo de mi corazón, expresando que esas actitudes son las que se tienen que erradicar. Los riojanos no somos eso… mis compañeros concejales y todos los trabajadores del Concejo me han acompañado con cariño, oraciones, mensajes de aliento. Eso es el Concejo reflejo de la sociedad riojana: solidaria, creyente, siempre dispuesta a ayudar. En el Concejo Deliberante como institución acciones como éstas, construidas desde el odio, la violencia, sin principios ni límites, no son frecuentes y antes que naturalizarlas deberíamos hacer todo lo posible para erradicarlas.
Que San Nicolás y el niño Dios nos den la fuerza que necesitamos para cambiar estas cosas. Me despido, no sin antes solidarizarme con aquellos que pasan por estas dolorosas enfermedades, pongo en manos de Dios la salud de todos y les deseo felicidad plena en familia, con amor y paz!
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