Redacción de RiojaLibre
Hay varias maneras de entregar un bolsón. Un puntero barrial nos contó una de las metodologías: ‘van al asentamiento, lo anotamos, después los llevamos a votar y cuando salen de la Escuela le damos al Bolsón’. En esta tipología, el ciudadano no tiene la opción de ‘recibir el bolsón y no votar’, está obligado a hacerlo.
La pobreza e indigencia abunda en La Rioja y un bolsón con alimentos es imposible de negar. Muchos ciudadanos reciben las dádivas gustosos y orgullosos, pero existe una porción que repudia notablemente esa extorsión pero se ven obligados a tomarla para palear el hambre de su familia. En esta interna hubo 1200 casos.
Son 1.200 riojanos que gritaron ‘tengo hambre pero odio este sistema perverso de obligarme a votar contra mi voluntad para obtener comida’. Son esos 1200 riojanos que votaron en blanco o anularon su voto.
Un dato para pensar y reflexionar.