«Nos metimos en algunos temitas distintos que no nos habíamos metido. Había un banquero que empezó a hacer una corrida y hubo que ponerle los puntos en octubre – noviembre de 2011. Nosotros le pusimos los puntos», dijo el ex secretario según publica La Nación.
Moreno dijo también que todos aprendieron a ser «valientes» en su secretaría y sustuvo: «La diferencia entre los que luchan y los mercenarios, es el amor. Cada uno aprendió a saber por qué luchaba. Lucharon y amaron».
“Los ‘muchachos del privilegio’ no van a entregar la torta porque le ganemos un debate racional ni porque tengamos votos. Eso es el pre-requisito para hacer lo que hay que hacer», finalizó.
Guillermo Moreno trabajará a 10 minutos del Papa Francisco
POR PABLO JAVIER BLANCO – CLARÍN
El ex funcionario K es un ferviente católico que elogió a Bergoglio cuando fue elegido. Ahora lo tendrá “casi” de vecino. La increíble cripta con 4000 esqueletos que hay a pasos de su despacho.
Guillermo Moreno, que dejará su lugar en la secretaría de Comercio Interior el 2 de diciembre para migrar a Roma como agregado económico, trabajará a 10 minutos del Papa Francisco, una persona a la que idolatra y admira.
El ex funcionario K, un emblema del manejo económico oficialista al que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pidió la renuncia el 19 de noviembre pasado, mudará sus bártulos a la embajada argentina en Italia, ubicada en calle romana Vía Venetto 27, a tan solo 3,6 kilómetros del Vaticano. Es decir: entre 10 y 12 minutos en auto y media hora a pie.
Ferviente católico, Moreno fue uno de los pocos referentes del kirchnerismo que, cuando Bergoglio fue nombrado Sumo Pontífice, celebró la unción y hasta mandó a confeccionar afiches -una de sus manías- con la imagen del Papa para empapelar Buenos Aires. “Francisco. Argentino y Peronista”, era la leyenda que llevaban.
Quienes asisten a las reuniones de la “Escuelita”, como se denomina a los encuentros de los viernes en su despacho, contaron que estuvo exultante tras la llegada de Francisco. “Les pido disculpas a los que no son creyentes, pero yo soy muy creyente y tenemos que acompañar la felicidad del pueblo de tener un Papa argentino y peronista”, dijo.
No solo eso: también colocó una gigantografía del ex cardenal de Buenos Aires en la fachada del Mercado Central, uno de sus territorios políticos por excelencia. En la imagen, como desde el cielo, Juan Domingo Perón le dice a Néstor Kirchner “Mirá pibe donde llegamos”. Abajo aparece Cristina Fernández saludando a Francisco en su visita al Vaticano.
También decoró los pasillos del mercado concentrador con la bandera argentina, la del Vaticano y fotos del Papa. “La comunidad del Mercado Central te saluda y ruega por vos”, afirmaban.
Uno de los hábitos de Guillermo Moreno es ir a misa los domingos. Antes iba a la iglesia de El Salvador, pero en sus últimos años como funcionario se mudó a la Inmaculada Concepción, sobre la avenida Independencia y Tacuarí, cerca de su casa.
En la casa religiosa no quisieron hablar con Clarín sobre los rezos de Moreno. Otra de las costumbres del secretario de Comercio Interior es peregrinar a Luján: lo hace todos los años acompañado por su familia.
Es más, en su despacho, fuente inagotable de anécdotas políticamente incorrectas de sus reuniones con empresarios, las imágenes religiosas siempre fueron una constante. Un cuadro de San Jorge, una estatua de la Virgen y otras figuras como San Cayetano, convivieron durante años en la decoración de Moreno, junto a iconos peronistas, fotos de Néstor y Cristina y sus tradicionales afiches de “Clarín Miente”.
En los 70′, el «Napia», como se lo conoce, militó en Guardia de Hierro, una agrupación a la que se vinculó a Francisco cuando asumió en El Vaticano. ¿Era Moreno amigo del «Padre Jorge», como se lo conocía? «Yo estuve en Guardia de Hierro, Moreno creo que militaba en Capital, pero el Papa era un militante de la fe, nada más», aclaró a Clarín, Julio Bárbaro, quien también formó parte de esa corriente.
Durante su estadía en Roma, donde planea comenzar a escribir su autobiografía «El relato del Modelo», un proyecto que viene postergando durante años,si Moreno no quiere ir hasta el Vaticano para rezar, tiene una iglesia a pasos de la embajada argentina en Roma: la de Nuestra Señora de la Concepción de los Capuchinos.
Construída en 1626 y 1631 por orden del Papa Urbano VIII, contiene el cuerpo de San Felix de Cantalicio y la tumba de Crispin de Viterbo, dos Capuchinos legendarios.
Sin embargo, su principal atractivo son sus criptas que contienen los huesos de unos 4000 frailes recopilados en un lapso de más de 300 años. Algunos de ellos, inclusive están momificados con sus vestimentas típicas.
A minutos del Vaticano, rodeado de Iglesias históricas, y con el catolicismo en el aire, así vivirá Guillermo Moreno su obligado exilio en Roma, después de haber formado parte de la década K.