Sra. Profesora Fernanda Megías (no le pongo querida porque no lo es)
Qué difícil es concentrase y escribir con esta mezcla de bronca, de ira, de dolor… (Nudo en la garganta y llanto como cuando tenía 5 años y sin explicarme nada unos militares se llevaron a mi papá preso-, era abril de 1977-).
Voy a intentar hacerlo del modo más claro posible, le escribo a ud profesora Fernanda Megías, y por su intermedio a todos los que como Ud. piensan, que del ´76 al ’83 en Argentina hubo una guerra de igual a igual. Me cuesta creer que por su paso por el Profesorado de Historia no haya habido alguien que le aclare los tantos… (Se lo explico desde paka paka para que lo entienda, en una próxima entrega lo haré como lo hice con mis alumnos de la secundaria y como lo hago en el Profesorado de arte, en donde me desempeño como docente hace más de 22 años, nunca un sumario, nunca una sanción, legajo impecable).
Ahí va:
“Si bien los golpistas llamaron a su gobierno Proceso de Reorganización Nacional, lo que se impuso fue una dictadura que ejerció el terrorismo de Estado. Es decir: fue un gobierno que implementó una forma de violencia política que, usando los recursos del Estado, buscó eliminar a los adversarios políticos –a quienes llamó “subversivos”– y amedrentar a la población a través del terror.
¿Y cuáles fueron las características específicas del terrorismo de Estado en la Argentina? Para terminar con las experiencias políticas que anhelaban la transformación social en nuestro país, la dictadura implementó una nueva metodología represiva: la desaparición sistemática de personas y el funcionamiento de centros clandestinos de detención (lugares donde mantenían cautivos a los secuestrados fuera de todo marco legal).
Existió un plan sistemático que consistió en secuestrar, torturar y asesinar de forma clandestina a miles de personas. Los “grupos de tareas” (comandos integrados mayoritariamente por militares y policías de baja graduación) se dedicaban a los secuestros y luego trasladaban a los secuestrados a centros clandestinos de detención que podían estar en un cuartel, una fábrica o una comisaría, entre otros lugares.
A partir de ese momento pasaban a ser desaparecidos porque nadie sabía dónde estaban. No se daba información a las familias y el gobierno decía que no sabía que había pasado con esas personas. Los familiares y amigos los buscaban en comisarías, hospitales, pero nadie les daba información. El horror fue tal que hoy sabemos, a través de numerosos testimonios brindados en procesos judiciales, que el destino de quienes estuvieron detenidos en centros clandestinos de detención fue la muerte. Aún se los continúa denominando desaparecidos pues hasta el día del hoy sus familiares no han podido recuperar sus restos.
Una prueba más de la violencia de la época fue la apropiación de niños y niñas, hijos de las personas detenidas. Algunos de esos chicos fueron secuestrados junto a sus padres y otros nacieron durante el cautiverio de sus madres. Fueron entregados en muchos casos a familias que ocultaron su origen a los chicos. Uno de los objetivos era que los niños “no sintieran ni pensaran como sus padres, sino como sus enemigos”. Muchos de esos niños, hoy ya adultos, continúan sin conocer su verdadera historia.” (http://educacionymemoria.educ.ar/…/te…/centros-clandestinos/)
Admiro la valentía de mi hija al escribir ese descargo después de 6 años de lo que Ud. le provocó. Admiro la valentía de María Mercado Luna y Rodolfo Maraga al enfrentarla, el 5 de octubre último, en el que a ud se le ocurrió descabelladamente conmemorar las víctimas de la subversión; porque hoy Paulina Chiabrando es Milagros Maraga. Porque parece que ud elige su blanco como lo eligieron los militares en la dictadura del ’76….es lamentable que una docente “pelee”, discuta de igual a igual, con sus alumnos, los que se animan a desmentir sus falsas verdades…
Sí, muchos saltarán a decir no hay una sola verdad, o había armados de los dos lados, o tantos bla bla bla bla bla más….vuelvo a repetir: El Estado tiene mecanismos para parar la violencia sin violencia; es decir, sin secuestros, sin persecuciones, sin robos de bebes, sin torturas sistemáticas, sin todos los etc que conocemos y sabemos hoy que ocurrieron. A casi 40 años de la última dictadura militar en Argentina no hemos aprendido nada? Sra, Sres para poder vencer el miedo, el silencio, el vacío, el dolor que dejó la dictadura y poder vencerla hay que adueñarse de la verdad.
Me despido sin otro motivo en particular y a la espera que entre en razones y se deje de molestar con mensajes amenazantes para con chicos que saben parase y enfrentarla. Y esperando que los Ministerios de la Provincia y de Nación y los organismos de DDHH realicen algo contundente con personas nefastas como Ud. tan dañinas para nuestro país, y para nuestra historia.
Diana Guzmán – 22443234