(Por Osvaldo Peralta) El mercado cambiario argentino atraviesa una tormenta que amenaza con desatar una corrida cambiaria de proporciones épicas. Este martes, la cotización del dólar blue se disparó a 1230 pesos, marcando un incremento de 50 pesos en una sola jornada. El dólar MEP alcanzó los 1170 pesos, con un aumento diario de casi 6%, y el contado con liquidación cerró en 1195 pesos, subiendo casi 5%. Estas cifras no son meras estadísticas, son un reflejo de la desconfianza que se está gestando en el ámbito financiero y económico del país.
La reducción de la tasa de interés de referencia del Banco Central a un 40% nominal anual se ha convertido en el principal catalizador de esta dolarización rampante. Con una inflación que en abril se acercó al 9% y perspectivas de mantenerse por encima del 6% en los próximos meses, la tasa mensual que ofrece el Banco Central ni siquiera llega al 3%. Este desajuste entre la inflación y la tasa de interés incentiva a los inversores a buscar refugio en el dólar, provocando una escalada en las cotizaciones.
Las reservas internacionales también pintan un cuadro sombrío. A pesar de las compras de dólares en el mercado de cambios, el Banco Central ha inflado las reservas netas a costa de acumular deuda en moneda extranjera con empresas importadoras. Esta «contabilidad creativa» es una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier momento, exacerbando la volatilidad del mercado cambiario.
El supuesto superávit fiscal del primer cuatrimestre, celebrado por el gobierno, se sostiene sobre pilares frágiles. Los recortes en jubilaciones, obras públicas y otros gastos críticos no son sostenibles a largo plazo. Con una economía que se desacelera y una recaudación tributaria en declive, mantener el superávit primario es una tarea hercúlea que el gobierno difícilmente podrá cumplir.
El sector agropecuario, un actor clave en la economía argentina, está reteniendo sus liquidaciones de cosecha esperando una devaluación del tipo de cambio oficial, que se ha mantenido prácticamente estancado. Esta falta de oferta de dólares en el mercado cambiario agrava aún más la situación, aumentando las presiones sobre el tipo de cambio.
La gran cantidad de pesos circulantes en la economía también añade leña al fuego. Aunque el gobierno presume de haber licuado significativamente el circulante, los agregados monetarios medidos en términos de dólares se han duplicado. Esto sugiere que una relajación en los controles cambiarios podría desencadenar una corrida en busca de divisas, con efectos devastadores.
La estabilidad del dólar financiero, que había mostrado cierta calma en los últimos cuatro meses, está al borde del colapso. La combinación de baja de tasas, incertidumbre política sobre la Ley Bases y dudas sobre el plan de estabilización macroeconómica de Caputo están minando la confianza de los inversores. Walter Graziano, un analista financiero, lo resume con una ironía mordaz: «Nada por aquí, nada por allá». La magia del equipo económico podría transformarse en un espectáculo de horror financiero en cualquier momento.
La caída en los precios de los bonos en moneda extranjera y el aumento del riesgo país a casi 1300 puntos son indicadores claros de la desconfianza que se cierne sobre la economía argentina. Las acciones argentinas en la bolsa de Nueva York también reflejan este pesimismo, con algunas perdiendo hasta un 5%. Aunque el índice Merval porteño subió un 3% impulsado por la suba de los dólares MEP y contado con liquidación, este repunte parece ser una excepción en un mar de incertidumbre.
El cóctel de baja de tasas, incertidumbre política y expectativas de devaluación está empujando a los inversores hacia el dólar. La falta de avances en la Ley Bases y el conflicto diplomático con España solo añaden más presión. El recorte de tasas del Banco Central y las dudas sobre el paquete fiscal han sido los catalizadores detrás del aumento de los dólares libres.
En conclusión, el aumento de las cotizaciones del dólar libre y financiero es una señal alarmante de una posible crisis cambiaria. Con un gobierno que parece estar perdiendo el control y un mercado cada vez más nervioso, la situación en Argentina podría deteriorarse rápidamente. La combinación de factores económicos y políticos ha creado un caldo de cultivo perfecto para una corrida cambiaria, y el tiempo para evitarlo se está agotando rápidamente.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/738613-milei-y-caputo-no-la-ven-pero-se-parece-al-comienzo-de-una-c