Redacción de RiojaLibre
Tomamos como ejemplo Blackpoint por lo sucedido el último fin de semana, pero el mismo escenario se repite para la gran mayoría de los Boliches. Blacpoint se encuentra 1 kilómetro ruta adentro, por lo que no muchos taxis se animan a llegar hasta el Boliche, y menos a la hora de salida, cuando la oscuridad reina y los cacos tienen piedra libre para sus fechorías.
Los jóvenes se encuentran frente a varias dudas a la hora de salir:
- ¿Vamos en auto? ¿Quién NO toma? ¿Y si nos agarra el 840?
- ¿Vamos en Taxi? ¿Cómo volvemos?
- Nos lleva un familiar… ¿Y a la vuelta como hacemos? ¿Caminamos un kilómetro hasta la ruta?
- Somos un grupo de 5 amigos/as… ¿Y si el Taxi no nos sube?
La lista de interrogantes antes de salir es interminables. Los jóvenes responsables se enfrentan cada vez a mayores ‘trabas’ a la hora de decidir salir a un Boliche como Blackpoint. Como sucedió el último sábado, siete jóvenes se encontraron a la salida del Boliche sin Taxi para regresar a sus hogares. La seguridad del Boliche los ‘obligó’ a circular, echándolos de la puerta del Bolicha (única zona iluminada) y empujándolos al desamparo de caminar en plena oscuridad hasta la Ruta. Los siete jóvenes fueron blanco fácil para dos delincuentes, que encapuchados los robaron a mano armada.
La gran pregunta es qué deberían haber hecho estos siete jóvenes. ¿Salir en auto? Los agarraba el control de alcoholemia y terminaban preso, con una multa de alrededor de $10.000 por pagar. La única respuesta posible -lamentablemente- es NO salir. Quedarse en alguna casa, sin la misma diversión que un Boliche, pero con la seguridad de NO ir preso NI ser robado.
Estos siete jóvenes lo pensarán dos veces el próximo fin de semana antes de ‘salir a bailar’. Igual que muchas otras víctimas de robos nocturnos, y miles de riojanos que dieron positivo en el control de alcoholemia y terminaron presos. Los jóvenes riojanos cada vez salen menos. ¿Estarán condenados al aburrimiento?
Páez aseguró que la Policía debió tomar la denuncia
Luis Páez se pronunció ante el reclamo de los jóvenes asaltados a mano armada a la salida de un boliche. Dijo que habló con los comisarios que quedaron involucrados en la queja. Asimismo, consideró que tomar la denuncia es una obligación y manifestó que por esto dejó su teléfono en las puertas de las jurisdicciones.
“Hablé con los dos comisarios”, dijo en Radio Fenix. “Estamos averiguando que pasó”, agregó el jefe de la policía el comisario Luis Páez sobre el caso de los jovenes que no le recibieron la denuncia en la comisaria Septima porque no era la juridicción.
En este sentido, consideró que por este tipo de problemas puso a disposición de la ciudadanía su teléfono celular. “En las puertas de cada comisaria está en grande mi teléfono celular”, agregó.
Al mismo tiempo consideró que “la orden que tienen es que aunque no corresponda a la jurisdicción, se tome la denuncia y luego se la gira, pero no se puede generar otro problema a la gente. Tomar la denuncia es una obligación”, finalizó.