Los ‘gestos políticos’ tienen un importante valor en las relaciones institucionales entre los gobernantes, pero cuando pasa un determinado espacio de tiempo y esos ‘gestos’ no se convierten en ‘actos’, el valor que ostentaban comienza a desaparecer gradualmente. Luego de las PASO se comenzó a observar una incipiente búsqueda de paz por parte del Bederismo con el Municipio, que se acentuó una vez pasado el 27-O.
Abrupto freno de los ataques y embestidas de medios alineados, llamados entre funcionarios de primera línea de ambos frentes, renunciamiento público del Gobernador a ir por la Re-re, reunión cumbre entre Claudia Ortiz y Ricardo Guerra, y encuentros del Gobernador con los Concejales Capitalinos (entre ellos, los ultra Q) se edificaban como ‘gestos políticos’ hacían pensar el fin de la enemistad entre el Bederismo y el Quintelismo.
Pasó un Diciembre agitado y el sector del Intendente seguía aguardando que esa gran cantidad de gestos se conviertan en un acto/hecho fundamental: fin del ahogo financiero de la Provincia al Municipio. Terminó el 2013 y no hubo ninguna novedad al respecto; y el comienzo del 2014 (con el crédito de 100 millones de dólares que rechazó el Quintelismo) no fue para nada promisorio. Hubo que esperar hasta Febrero para que el Gobernador concrete sus gestos y anuncie aquello que todos los Q esperaban.
En una nueva reunión con los Concejales (claves en el acercamiento de los dos líderes), Beder Herrera les comunicó que Capital comenzó a recibir $2.000.000 más por mes en concepto de gastos de funcionamiento. Si bien no colma las expectativas del total de fondos pretendido por Quintela, ni hace olvidar el histórico pedido de la Ley de Coparticipación; el aumento del 36% en los fondos que recibe el Palacio Ramírez de Velasco es suficiente para considerarse un ‘acto’ y revalorarizar todos los ‘gestos’ que se vienen dando.
Intereses Comunes
El gran misterio que sobrevuela en los pasillos de los principales despachos apunta a las verdaderas intenciones del ‘Doctor’. Si en sus planes estaba atender aquel pedido que la Secretaria de Hacienda le hizo al Ministro Guerra en la reunión de Diciembre, por qué tardo tanto en anunciarlo. Todos pensaban que la relación Beder-Quintela no tenía retorno, y en octubre el Gobernador comenzó a aunar posiciones; luego todos esperaban ansiosos el abrazo para graficar la reconciliación, pero Beder desoyó los pedidos de los Quintelistas; y cuando todos volvieron a imaginar dos años con los máximos líderes enfrentados, el Doctor afloja el ‘ahogo financiero’ y el diálogo institucional vuelve a encaminarse.
Las idas y vueltas en esta tumultosa relación pueden justificarse en una sola disyuntiva: Relación Institucional vs Alianza Política. El Intendente pretende recuperar y fortalecer la primera, considerando que no existe necesidad alguna de incurrir en la segunda. Por su parte, el Gobernador cree que para que la primera sea posible, es imprescindible que se concrete la segunda. Es decir, mientras Quintela no está dispuesto a pagar costo ‘popular’ de aliarse con el Gobernador, Beder quiere concretar una Alianza con su sucesor para garantizarse una salida pacífica y tranquila del poder (sin causas judiciales en su contra).
Si se termina de discernir esta dualidad, todo hace pensar que se arribará al 2015 atravesando un largo –y anticipado- período de transición. Tal como lo demuestran las elecciones en los últimos años, no existe fuerza o espacio político que le pueda hacer frente a Quintela y Beder juntos.
En política, pocos escenarios suelen responder a la antinomia blanco o negro; siempre existen grises que permiten converger varias ópticas y ‘darle la razón’ a muchos sectores. Esta no parece ser la excepción: Ni peleados a muerte, ni aliados. Beder y Quintela transitarán dos años entre idas y vueltas, pero siempre manteniendo un interés común (ya sea público o Privado) que garantice una mínima unión.
Transporte Urbano
Un escenario que sirve de muestra (muy significativa) para graficar el ‘interés común’ que persiguen los dos máximos líderes políticos de La Rioja, es el referido al transporte público de pasajeros. Ambos mandatarios compartes una premisa: mejorar la calidad del servicio, aunque ello implique una pérdida económica. Radicalmente diferente es la postura del ‘empresario’ Gustavo Flamini, cuyo principal objetivo es ganar dinero.
El presidente de Riojano’s pegó el portazo en el Municipio y buscó amparo en la Casa de las Tejas. Lo encontró, pero –a diferencia de lo que pensó en un principio- el escenario es muy similar al que le ofrecía el Intendente. Dos opciones tiene Flamini: ayornarse a la postura de Beder (compartida por Quintela) de primar la calidad del servicio; o resignar el poder, vendiendo el paquete mayoritario de las acciones y dejando la conducción de la empresa. Con la primera crecerá su Cooperativa, pero no ganará el dinero que pretende; con la segunda se despide de la Empresa, pero ganará mucho dinero.
Quienes están bien cerca del Gobernador aseguran que no miente cuando dice que no va a ir por la re reelección en el 2015. “Su único objetivo es dejar la Provincia en las mejores condiciones posibles, y la calidad del transporte es una de sus metas”, agrega uno de los concejales que participó en la reunión del Jueves. Sin la Re-re en sus planes, no habría ‘motivo’ sustancial para que Beder Herrera le haga la vida imposible al Intendente para impedir que llegue a la Casa de las Tejas.
Un peronista tiene que ser su sucesor, eso lo tiene bien claro el Gobernador. Sólo así su salida del poder será pacífica y –hasta- triunfal; “No me puede pasar lo mismo que Menem, que dejó a Radical (De la Rua) y lo metió preso”, le habría dicho el Gobernador a uno de sus principales asesores. Los nombres que se intentaron posicionar –apresuradamente- desde distintos sectores del Bederismo (Fonzalida, Eduardo Menem y Jorge Yoma) ni siquiera lograron instalarse en la sociedad.
Consecuentemente –y aunque parezca impensado- Ricardo Quintela parece ser la única opción de Beder para que un radical no llegue a la Gobernación. El origen del principio del fin del ahogo Financiero a Capital puede resumirse en una explicativa frase que algunos le atribuyen al Doctor: “Julio Martínez no va a ser mi De la Rúa”
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