Redacción de RiojaLibre
Contratar a Lali Espósito (y su banda) tiene un costo cercano a un millón de pesos; esa cifra debe duplicarse si se tiene en cuenta los ‘gastos’ que genera poner en funcionamiento el Superdomo para un evento de estas características. Una fuente de RL entendida en la materia, aseveró a RL que “para ‘salvar la ropa’, se deben vender al menos 7.500 entradas, a partir de ahí comenzás a ver la ganancia”.
Muy lejos de esas 7.500 personas necesarias para ‘no perder’ plata, ayer la convocatoria de Lali Espósito fue paupérrima, incluso menor a la de Marama. Hubo menos de 4.000 riojanos, y debe tenerse en cuenta que -en los últimos días- se regalaron entradas a diestra y siniestra; en comercios, en medios, y hasta en Escuelas Privadas y ‘casas’ de Popes Mediáticos.
Se estima que -de los 4.000- alrededor de 1.000 lo hicieron con ‘entradas gratis’ como la siguiente:
Ni así se pudo llegar a una convocatoria aceptable. Otra vez los huecos volvieron a reinar en un estadio que tiene capacidad para 13.000 personas:
El paso de Lali Espósito pasó sin pena ni gloria por el Superdomo, sumado al fracaso de Marama, renace un gran interrogante: ¿QUIÉN SE ESTÁ HACIENDO CARGO DE LAS MILLONARIAS PÉRDIDAS?
El Productor a cargo de los eventos es Toño Castro… ¿Es él quien pone plata de su bolsillo cuando los ‘números no dan’? ¿Su productora tiene las espaldas suficientes para perder 4 millones de pesos en dos semanas?
La lógica y el ‘sentido común’ inducen las respuestas a esos interrogantes, generando una nueva pregunta: ¿SERÁ EL ESTADO EL QUE ESTÁ HACIÉNDOSE CARGO DE LAS PÉRDIDAS?
Si la respuesta es ‘sí’, comienzan los problemas… ¿Por qué en lugar de perder millones en traer a Lali y Marama, no se usa ese dinero en el Bono de fin de año?