Las cifras oficiales, proyectadas en el Presupuesto 2019, confirman que este año será récord en materia de presión impositiva, medida en términos de la carga de los impuestos nacionales sobre el PBI. Según la consultora Macroview, en base al Presupuesto, esa carga llegará este año al 26,2% del PBI, 2 puntos más que en 2018. Eso sin contabilizar los impuestos provinciales y municipales, que gobernadores e intendentes volvieron a incrementar desde que estalló la crisis el año pasado para contar con recursos para pagar sueldos y deuda en el año electoral. Así la presión tributaria superará incluso al pico de 2015, en el último año de Cristina Kirchner, cuando alcanzó el 25,8%.
En 2003, cuando Néstor Kirchner llegó al poder, era de 19,2% del PBI. Mientras que entre 1995 y 1998 promedió 16,3%. En Plan M ya habíamos advertido sobre esta sorpresa del Presupuesto 2019. Semejante aumento se explica principalmente por la suba y la generalización de las retenciones a las exportaciones, que explica más de la mitad de la reducción del déficit fiscal primario (antes de intereses) prevista para este año en el acuerdo con el Fondo Monetario.
El peso de la recaudación por retenciones llegará este año a 3,3% del PBI, muy por encima del 1,9% que representaba durante el último año de Cristina. Incluso será superior al 3% del PBI de 2003, con el “dólar recontraalto” –a valores de hoy– que le dejó Duhalde a Kirchner. El IVA –el principal impuesto indirecto y regresivo: pagan la misma alícuota todos al consumir sin importar su nivel de ingresos o patrimonio– también alcanzaría un récord en términos del PBI. Ahí la proyección oficial se basa en una mejora de la fiscalización, además de la eliminación de exenciones que hasta el año pasado vigentes. Mientras que Ganancias y los aportes a la seguridad social mantendría el mismo peso que en 2018, aunque sería algo menor que el que había en 2015.