Con el respeto que nos merece, a Casco solo le falto decir que Tello Roldán es rubio, alto y de ojos celestes.
Lo cierto es que una oyente aseguró que quiso ‘cruzarse’ al aire con la decana para hacerle algunas preguntas, pero la ‘telefonista’ de la radio no se lo permitió. RiojaLibre buscó a la oyente y nos encontramos con que se trataba de una abogada de una docente cesanteada por la UNLaR. Además de ofrecerle la oportunidad de realizar las ‘preguntas’ que en el otro medio no pudo, aprovechamos para que la letrada explique con precisión la situación de los docentes.
“Es simple, los docentes cesanteados que se están acercando a nuestro estudio recibieron una notificación del cese de sus actividades que no es válida”. La abogada nos explicó que cuando alguien te despide o decide terminar el vínculo, debe expresar los ‘motivos’ y en todas las notificaciones que recibieron los docentes cesanteados no hay motivos, por eso carecen de validez.
“El paso a seguir es contactar a la Uiversidad para que exprese dichos ‘motivos’, pero en la UNLaR NO responden y optan por el silencio”
¿Por qué?
Porque existe un plazo de 15 días hábiles que tiene el docente para quejarse o manifestar su rechazo ante la notificación que recibe; si pasa ese lapso, el docente pierde su posibilidad de reclamo y debe acudir a la vía judicial ordinaria.
La letrada manifiesta que la solución es presentar un ‘amparo’ antes que venza el plazo. “Se nos acercaron varios docentes; pero en estos momentos estamos puntualmente con un caso que está por vencer dicho plaza. Ya presentamos el amparo y estamos seguros que la justicia va a fallar a nuestro favor”.
Ese es uno de los males a los que deben someterse los docentes de la ‘democrática’ (según la Decana) Universidad riojana. El otro gran problema es la Jubilación. “Para que un docente pueda gozar de la jubilación por docencia debe contar con 25 años de antigüedad y estar en ejercicio de la profesión”.
¿En qué circunstancias están los docentes cesanteados o ‘pasados a jubilación’ según la propia UNLaR?
El caso que te comentaba es de una docente que tiene 22 años de antigüedad. Es decir que con la cesantía le quitan el derecho a tener la jubilación por docencia, ya que le faltan tres años. Es una barbaridad que sucedan casos como estos, es inaudito.
Antes de despedirse, la letrada nos pide que hagamos una aclaración más que necesaria: “una vez cumplidos los 25 años de antigüedad el docente puede elegir jubilarse o pedir una prórroga como docente de cinco años más. Es potestad del docente y la Universidad NO puede exigirle jubilarse si el docente quiere continuar con su profesión”.