Fuerzas federales allanaron la casa hogar «La Gran Familia», que operaba como internado desde hace 40 años, a raíz de la denuncia de cinco personas que aseguraban que el establecimiento retenía a sus hijos por la fuerza, informó a la prensa Tomás Zerón de Lucio, director de la agencia de investigación criminal de la fiscalía general.
En el operativo, en el que también participaron efectivos del ejército, se localizó a los cinco niños secuestrados, pero las autoridades hallaron además a 138 adultos de entre 18 y 40 años privados de su libertad.
También 458 menores, entre ellos seis bebés de entre dos meses y tres años, que vivían en condiciones de abuso e insalubridad.
Los primeros testimonios refieren que Rosa del Carmen Verduzco, directora y fundadora del establecimiento, obligaba a los niños a pedir limosna, dormir en el suelo entre ratas y chinches y sufrir abusos sexuales.
Y eran alimentados con comida en mal estado, puntualizó Zerón.
Las autoridades no detallaron si había huérfanos entre los menores, tampoco la manera en que los 138 adultos eran obligados a permanecer en el establecimiento, ni el objetivo.
Según las primeras investigaciones, los bebés que nacían en la casa hogar eran registrados como hijos de Verduzco, sin permitir que los padres biológicos pudieran tener la tutela sobre los menores.
Una de las víctimas aseguró que al cumplir 18 años pidió a Verduzco salir del internado, pero ésta se negó y la mantuvo recluída 13 años más, relató Zerón.