Redacción de RiojaLibre
Si hay un manual de la antipolítica en La Rioja, indudablemente está inspirado en Julio Martínez. Ante cada elección donde se le abren las puertas de la Gobernación, el histórico dirigente radical hace todo lo posible por cerrar esas puertas; lo hizo en 2015 rompiendo con Ricardo Quintela, y lo hace en este 2019 con Paredes Urquiza.
El Lunes 28 de Octubre, a la hora de buscar las explicaciones a por qué Julio Martínez perdió una nueva elección para Gobernador, deberemos recordar la tarde noche del Jueves 30 de Mayo. Fue allí donde el Senador radical sentenció su derrota en las próximas elecciones. El interventor del PRO en La Rioja -Marcelo Wechsler- fue el encargado de llevar el mensaje extorsivo al Intendente capitalino: ‘no hay negociación posible, vas abajo de J.M. o nada’.
La respuesta ya se conocía, y las consecuencias también. Sin Paredes Urquiza de aliado, Julio Martínez pierde la única ilusión posible para vencer: Capital.
Desde hoy, los 3.000 PEM que ven comprometidos el cobro de su haber mensual tendrán en Julio Martínez a su principal enemigo. Multiplicando cada uno de ellos por cuatro (familia tipo), en apenas una tarde Mashasha se ganó 12.000 enemigos en Capital, el único Departamento donde tenía chances de vencer.
Esa misma gente que fue a buscar en 2017 es a la que ahora le da la espalda, encaprichado por una candidatura, y sin ánimo alguno de negociar. En los últimos años, Julio Martínez se ha convertido en el culto de la antipolítica: tenía todo para ser el Próximo Gobernador, pero hizo todo lo posible para impedirlo.