Maravilla Martínez tuvo finalmente su fiesta en Argentina, como esperaba él y su gente. Con alma y vida y en fallo unánime, el quilmeño venció por puntos al inglés Martin Murray y consiguió así superar con éxito su primera defensa del título de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo. Vélez fue el escenario de un show que quedará en la historia del boxeo argentino.
El arranque tuvo a Maravilla con la iniciativa. El primer round fue de estudio, con el quilmeño apurando al inglés con su mano derecha para poder luego conectar un golpe con la zurda. Murray, a la espera de lo que podía hacer un Martínez que hasta entonces le costaba encontrar la distancia para lastimar al inglés.
En afán de encontrar algún espacio ante un contrincante muy cerrado, Maravilla intentó con las provocaciones en la tercera vuelta. Las mismas que utilizó contra Chávez Jr., como una estrategia. Primero bajó la guardia y luego esbozó movimientos para sacarle alguna mueca a un rival bien protegido de los golpes del campeón.
Pero recién en el cuarto comenzaría la acción de la buena. Después de un golpe bajo del inglés que obligó al juez italiano a detener la pelea, Murray se soltó un poco más y allí entraron dos golpes por lado que levantaron a la gente. El británico, con una derecha en la cara del argentino y con respuesta de Maravilla abajo, en el poco espacio que le dejaba libre su rival.
Fue ahí que Murray comenzó a mostrar que no viajó a la Argentina para que Martínez haga su fiesta. Y se fue soltando. Y Maravilla lo fue sintiendo. Hasta entonces, el campeón era el único ganador de los cuatro primeros rounds en las tarjetas. Pero a partir de estos tres minutos la historia comenzaría a cambiar.
El sexto y el séptimo también fueron para Murray y la pesadilla para el argentino llegaría en el octavo, mismo round en el que Maravilla había pronosticado una victoria por nocaut. Pero la lona la besó él. El invicto británico conectó una impecable mano derecha en el rostro de su rival y lo tiró para que el juez comenzara con la cuenta. Martínez se levantó, pero la historia parecía estar en su contra.
Para salir de los últimos tres rounds en baja, el de Quilmes intentó una reacción. Pero sus golpes parecían no llegar al retador parecía. Murray no los sentía. Y si a eso se le sumaba la falta de variantes, el panorama para el argentino era muy desalentador.
La vuelta final encontró a un Maravilla jugado en ataque y ahí sí se pudieron ver sus mejores golpes. En el final, cuando el físico ya no daba más y el corazón pegaba bien fuerte en el cuerpo de su rival. La gente se levantó y terminó explotando cuando Michael Buffer, el presentador estrella, anunció que los tres jueces de la pelea habían marcado 115-112 para el campeón. Demasiada diferencia para una pelea muy pareja. En Inglaterra, la historia quizás hubiese sido otra. Pero en Argentina, el cinturón quedó en casa del showman de la noche.