La semana pasada nos dejó la popular travesti Lorena Gacetua, conocida como La Pulula. En su velatorio, más allá del pesar por la pérdida de Lorena, se vislumbraba un clima de tensión entre los presentes, y los dardos apuntaban hacia el Director del Hospital.
Comentarios como «Rafita se portó para la mierda, no puede hacer público algo así», o «Cuando pase un tiempo (por respeto a La Pulula) vamos a contar todo y vamos a ir por la cabeza de Fernández» abundaban en la sala velatoria el jueves por la noche. La situación es la siguiente: el entorno íntimo de la Pulula responsabiliza exclusivamente al Director del Hospital Vera Barros (Rafael Fernández) por hacer público que Lorena padecía HIV. Aseguran que es secreto profesional y nunca debió llegar a los medios de comunicación.
Para esta semana tienen pensado reunirse y diagramar los pasos a seguir; algo es seguro, no se quedarán con los brazos cruzados. Prometen ir a fondo con sus críticas hacia Fernández e -incluso- difundir secretos que ellas también tienen: «Muchos de los que atienden acá son asiduos clientes nuestros, si hablamos se pudre todo».