Redacción de RiojaLibre
El Niño en Bici
Nos debemos remontar algunos años atrás, hasta principios del Siglo XXI. Se acercaba la hora del cierre del Cementerio Municipal de La Rioja, y la encargada sabía que quedaba una mujer adentro. Cuando se dispuso a ir a buscarla, la encargada se cruzó con un ‘niño en bicicleta’ que -simpáticamente- le dijo: «por favor no cierre todavía, dice mi mamá que ya viene».
Obviamente, la mujer cedió ante el pedido del niño -que volvió a meterse al cementerio- y esperó 15 minutos hasta que finalmente salió la mujer. «Diga que vino su hijo a avisarme, porque ya estaba cerrando», le dijo a la encargada; a lo que la mujer -sorprendida- respondió: «¿qué hijo? Yo vine sola…». La primer reacción de la encargada fue pensar que se trataba de un chiste, pero ante la insistencia de la mujer, y la ‘no aparición’ del niño en bicicleta, se dio que cuenta que la mujer no mentía.
«Yo vine a visitar a mi hijo, que murió mientras andaba en bicicleta, atropellado por un camión», contó la mujer. La encargada, ya preocupada, ingresó -junto a la mujer- al Cementerio a buscar al ‘niño en bicicleta’. Mientras lo hacían, la mujer le contó que se cumplía un mes de la muerte de su hijo, y le mostró la foto del niño fallecido. La encargada se puso pálida y se desvaneció: se trataba del mismo niño en bici que ella había visto minutos antes.
Un abrazo -acompañado de lágrimas- entre ambas mujeres se extendió durante varios minutos para dar fin a la historia.
El Niño en Remis
Esta historia es mucho más reciente (2015) y tiene como protagonista a un Remisero local. El mismo asegura que un miércoles cumplía su ronda de trabajo cuando un niño de 10 años tomó el Remis en el Barrio Las Ágaves, pidiéndole que lo lleve hasta el Cementerio Municipal, donde ‘me espera mi Mamá para pagar el viaje’. El remisero accede.
Luego de un viaje silencioso, al llegar al Cementerio El Salvador cerca de las 22:30hs, el remisero se percata de que el lugar estaba ‘Cerrado’. Cuando volteó para atrás para decirle a su joven tripulante, ve que el niño ya había abierto la puerta y descendido del auto. Lo vio caminar hacia las rejas, que ya estaban cerradas, atravesarlas y perderse entre la oscuridad.
El remisero se bajó del auto, comprobó que las rejas estaban cerradas, pero gritó igualmente llamando al niño. Espero 10 minutos y al ver que no regresaba, dio aviso a la Policía. Se hizo un operativo rastrillo pero el niño NUNCA apareció. El remisero fue trasladado al Hospital Vera Barros para hacerle los análisis mentales correspondientes, que indicaron que se encontraba en ‘excelente estado’.
Hasta el día de hoy, el remisero insiste que él vió y habló con el niño que atravesó las rejas y nunca más volvió a aparecer.