Ayer, Lanata arrancó cuando terminaba el primer tiempo de Lanús-River. Hasta esa hora, el partido conseguía más de 22 puntos por la TV Pública y mostraba un contundente 4 a 1 en contra del equipo de Ramón Díaz.
En el entretiempo, Lanata comenzó a aumentar su audiencia y llegó hasta los 17 puntos, según las mediciones minuto a minuto.
A partir de allí, con los informes periodísticos, la diferencia se hizo cada vez más importante: a las 23:15, PPT medía 21,8 y el fútbol 15 puntos, con casi siete de diferencia.
El domingo pasado, frente a la transmisión de Racing-Boca, la diferencia fue gigantesca, 23,5 de Lanata y escasos 14,6 para el fútbol.
Periodismo para Todos había arrancado a las 22.20 con 10 puntos mientras el partido Racing-Boca estaba entonces en 24. Pero Fútbol para Todos enseguida empezó a descender mientras Lanata hacía su monólogo.
El primer domingo de la lucha entablada por el Gobierno para tratar de quitarle rating al programa de Lanata, la victoria fue claramente a favor de PPT, con 24,7 puntos de promedio contra 16 del fútbol. Y eso que esa vez, domingo 26 de mayo, el partido elegido desde la Jefatura de Gabinete tenía a Boca Juniors entre sus protagonistas, en este caso contra Newell’s Old Boys de Rosario, entonces líder del campeonato local.
Aquella vez, Lanata puso al aire las fotografías del desmantelamiento de la bóveda en la chacra del empresario Lázaro Báez.
Caso Báez: revelan que sacaron documentos de una financiera
Nuevos mensajes del financista Federico Elaskar, más campos comprados por el contador de Lázaro Báez, Daniel Pérez Gadín, en Uruguay, y un video que muestra cómo se vaciaron las oficinas de SGI, la financiera que manejaba Elaskar, horas antes de que el juez que investiga a Báez por presunto enriquecimiento ilícito, Sebastián Casanello, ordenara allanar el lugar. Periodismo para Todos mostró anoche cómo está la causa que estalló hace dos meses, cuando Elaskar y Leonardo Fariña contaron cómo Báez, vinculado al ex presidente Néstor Kirchner, había sacado más de 55 millones de euros del país de forma ilegal.
El periodista Jorge Lanata mostró ayer las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de los pasillos del séptimo piso de Madero Center, donde estaban las oficinas de «La Rosadita», como se conocía a la financiera SGI. Los registros son del 12 de abril, dos días antes del primer programa de Lanata en el que se revelaron los testimonios de Fariña y Elaskar, y del 18 de abril, cuatro días después de la emisión del primer programa de PPT y horas antes de que llegara la Policía de Seguridad Aeroportuaria a allanar el lugar.
En el video del 12 de abril se ve que a las 14.20 dos hombres salen de la oficina «B» con changuitos cargados de papeles, cajas, biblioratos y hasta el cajón de un escritorio con documentos. Los hombres llevan el material de la oficina «B» a la «C». La operación se repite varias veces: entran con los carros repletos de documentos y salen con los carros vacíos.
En las imágenes del 18 de abril el movimiento y traslado de cajas, computadoras y documentos continúa; esta vez los llevan desde la oficina B al ascensor. La mudanza se completó apenas unas horas antes de que llegara la PSA para allanar el lugar. A 16.22 del 18 de abril, las cámaras de seguridad muestran a Pérez Gadín, el contador de Báez que se quedó con SGI, saliendo de la oficina.
Pero además de mostrar cómo vaciaron La Rosadita, PPT contó anoche que Báez no solo es dueño de estancias en la Patagonia, sino que también apuesta a la tierra de vinos y el exterior. A través de Fariña, Báez compró 3.400 hectáreas en Tupungato, Mendoza, un campo que si tuviera agua valdría tres veces más. En su declaración ante Casanello la semana pasada, Fariña admitió haber comprado esa propiedad para el empresario kirchnerista.
El 14 de agosto de 2011 Báez se hizo de dos nuevas propiedades, esta vez en Punta del Este, Uruguay. Además de los 14 millones de dólares que su contador, Pérez Gadín, pagó para comprar El Entrevero, un campo de 150 hectáreas, invirtió otros 320 mil dólares para comprar una chacra de una hectárea en la ciudad balnearia.
Por la compra de El Entrevero, la Justicia uruguaya citó a indagatoria al escribano Adolfo Pittaluga Shaw y al propietario de la inmobiliario Alejandro Perazzo. La legislación uruguaya establece que el escribano y la inmobiliaria tendrían que haber alertado al Banco Central de Uruguay y a la Unidad de Información Financiera del ingreso al país de los 14 millones de dólares provenientes del contador de Báez. La justicia investiga, además, cómo se hicieron los pagos para la compra del campo, porque hubo transacciones reservadas entre el comprador y el vendedor.
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