Redacción de RiojaLibre
En los últimos años, todos los sectores de la oposición se encolumnaron detrás de Julio Martínez. Se intentó edificar a un líder opositor que le arrebataría el poder a un Gobierno desgastado, que sin su máximo referente como candidato, pondría a un ‘muleto’ como candidato para retener el poder. No le faltaron ‘medios’ ni ‘recursos’ a Julio Martínez para concretar el ‘gran golpe’: oposición provincial y nacional invirtieron en su figura.
De esta manera, nos encontramos el 5 de Julio con un candidato opositor ultra conocido y con las mismas armas que el oficialismo. En Capital, la candidata a Intendente de Martínez tuvo 12 colectoras, 3 más que el quintelismo. Por estrategia, se siguió criticando el ‘sistema electoral perverso’ que predomina en La Rioja, pero no se dudó en sacar provecho cuando se pudo.
Con el diario del lunes, puede afirmarse que la estrategia de la oposición fracasó. El muleto de Beder Herrera (Sergio Casas) le sacó más de 15 puntos de diferencia al tan promocionado ‘líder opositor’. Sin embargo, la mayor derrota de Martínez se daría en las PASO, al ver que un candidato totalmente desconocido por los riojanos sacó casi el mismo porcentaje que el tan promocionado Martínez.
En La Rioja existe un importante caudal de votos opositores, que están cansados del bederismo y que pretenden un cambio. Cualquiera sea el candidato opositor, ellos lo votarán. Sea Martínez, sea Olivares, sea Cutrona o sea el ‘Señor X’, a la hora de entrar al cuarto oscuro, el sufragante opositor identificará la boleta de Beder Herrera y votará a quien se le oponga. El voto no es a favor del candidato opositor, es en contra de Beder Herrera.
En el crecimiento de ese voto ‘anti’ quién más pierde el radicalismo, que en lugar de sacar provecho de la situación y sumar seguidores para sus filas, permitió que muchos radicales se conviertan en ‘anti’. Si hoy hubiera que elegir entre un radical de pura cepa y un candidato opositor (Bordagaray por ejemplo), el segundo ganaría por afano, quedánsoe con varios votos de ‘ex’ radicales. Este panorama debiera aterrar al radicalismo de cara al escenario que se viene en los próximos cuatro años.
No hace falta hablar de supuestos para corroborar este escenario, el último domingo se vio una clara prueba de lo que hablamos: Martínez, Brizuela y Doria, Klor (Chilecito), la juventud radical y todos el radicalismo (martinista) hizo campaña por la pre candidatura presidencial de Ernesto Sanz. El mendocino sacó el 3,5% (5413 votos) en toda la Provincia, quedando por detras de varios ‘anti’ (Macri, Massa, De la Sota y Rodríguez Saá).
Cuando el riojano opositor debió elegir entre candidatos ‘anti’ o ‘candidato radical’, no dudó en hacerlo por los primeros, a quienes consideró que tenían más chances de vencer. La UCR pudo evitar el papelón colgando a su candidato detrás detrás de todos los candidatos ‘anti’, captando todo el voto opositor; pero en el futuro se le complicará volver a hacerlo, y ahí se evidenciarán los problemas.
Al disputarse el liderazgo por la oposición en el 2016, el radicalismo pagará las consecuencias de todas las decisiones erradas que se tomaron en los últimos meses. Un peronista NO oficialista (Bordagaray), el surgimiento de un líder del PRO (Medina) u otro actor político opositor correrán con ventaja a la hora de convencer al opositor riojano.
Las dos elecciones que pasaron dejaron la sensación de que mientras la oposición se consolida en La Rioja, el liderazgo de dicha oposición está quedando vacante. Habrá que ver qué pasa en Octubre, pero cualquiera de los resultados que se produzcan parecen NO favorecer a Martínez y la actual conducción opositora. Su oportunidad parece haber pasado…