Si hay un sector que debe tener el reconocimiento de la sociedad, pese a aciertos y errores de sus miembros, fueron los voluntarios del COE que también son denominados ‘chalecos rojos’.
Son jóvenes y no tan jóvenes que le pusieron el pecho a la pandemia cuando muchos otros y con razón se resguardaban en sus hogares para cumplir con restricciones y protocolos como ordenaban tanto el gobierno provincial como nacional con el objetivo de cuidar su salud, el bien más preciado de una persona.
Muchas veces bastardeados por un sector de la sociedad a la cual ayudaron y también por un sector de la clase política opositora que incluso los llegó a definir como milicias con un nivel de ignorancia notoria ya que hay jóvenes que ni siquiera conocen los nombres de dirigentes de un lado y el otro, es para destacar su labor. También es cierto decir que algunas fotos de actores políticos oficialistas los expusieron a esos motes simplistas por la forma en las que eran visibilizados.
Estos voluntarios o chalecos rojos asistieron y siguen asistiendo a miles de familias o personas que se infectan de COVID, lo mismo hicieron en puertas de comercios, bancos, organismos estatales y centros de vacunación donde controlaban el correcto uso de protocolos ante una sociedad sensible y con algunos actores agresivos por la compleja situación que nos toco vivir.
Todo ello por un contrato y por un pago que muchas veces no justifica el nivel de exposición al que se arriegan en una pandemia, pero allí están, con la esperanza de justamente ser útil a la sociedad y muchos de ello de lograr sus primeros ingresos propios y poder, quizas, ayudar a sus familias, estudios o proyectos personales.
Es obvio que se viralizaron más imágenes de un irresponsable chaleco rojo que golpeó a un manifestante en una movilización de sectores anticuarentena y no de jóvenes que con 50 grados de calor o 2 grados de frío que están asistiendo y cuidando a familias infectadas de COVID. Si tenés que preguntar justamente quienes son estos voluntarios, preguntale a estos últimos.
Acá no se trata de oficialismo u oposición, se puede estar de un lado o del otro. Se trata de destacar el labor de la mayoría de estas personas que cumplen un rol clave, con aciertos y errores. Porque buenos y malos hay en todas las actividades, pero siempre son los menos al igual que ocurrió con estos trabajadores.Ç
Fuente: Riojavirtual