Si bien la convocatoria fue rutilante, no se colmaron las expectativas que había desde la Organización, que hablaban de cien mil a doscientos mil asistentes. Ante lo lejos que quedó esa cifra, surgen algunos interrogantes que tienen que ver con el ‘desinterés’ que predominó en la ciudadanía riojana.
¿Por qué no se colmaron las expectativas? ¿Es una cuestión particular de la figura de Angelelli? ¿O la Iglesia atraviesa una crisis general que provoca el rechazo de la ciudadanía?
Durante el fin de semana, muchos recordaron que Angelelli fue echado de la Iglesia en Anillaco:
A continuación, un polémico artículo que difundió EL Federal, donde se cuestiona la figura del ahora ‘Beato Angelelli’:
Una historia poco conocida: el día que la familia Menem echó a Angelelli a piedrazos de Anillaco
Lo sacaron a la fuerza de la Iglesia, furiosos porque el obispo promovía la organización de sindicatos y cooperativas de trabajadores. Fue el 13 de junio de 1973.
Llama la atención que un sector del peronismo apoye a Carlos Menem y a la vez homenajeé al fallecido obispo Enrique Angelelli, ya que el sacerdote fue humillado por el ex presidente durante su primer mandato en La Rioja. ¿Qué ocurrió? Literalmente lo echó a patadas de Anillaco. Así como suena: con violencia.
Esta artículo habla de ese pasaje de la historia que nadie va a contar hoy en La Rioja: del día que la familia Menem, con Carlos a la cabeza, atacó al “Obispo de los Pobres”.
El 24 de agosto de 1968, Angelelli asumió como obispo de la Diócesis de La Rioja, desde donde promovió la formación de cooperativas de campesinos y alentó la organización sindical de los peones rurales, los mineros y las empleadas domésticas.
Una de estas cooperativas solicitó la expropiación de un latifundio que había crecido a través de la apropiación de pequeñas parcelas porque sus propietarios no podían pagar sus deudas. El gobernador Carlos Menem prometió que iba a transferir dichas tierras a la cooperativa, pero luego se arrepintió.
El 13 de junio de 1973, Angelelli fue a Anillaco para presidir las fiestas patronales de la ciudad. Fue recibido por una turba liderada por comerciantes y terratenientes, entre ellos, Amado Menem, hermano del gobernador, y sus hijos César y Manuel, quienes junto a otros propietarios se habían vuelto contra el obispo.
El gobernador Menem retiró su apoyo a la cooperativa so pretexto de “agitación social”. Angelelli, en tanto, denunció a grupos conservadores, canceló las celebraciones religiosas de la diócesis, y declaró un interdicto temporal sobre Menem y sus partidarios.
El Superior General de los jesuitas, Pedro Arrupe, y Vicente Faustino Zazpe, de la Arquidiócesis de Santa Fe, enviado por la Santa Sede en calidad de auditor, visitaron La Rioja y apoyaron a Angelelli, quien previamente había ofrecido su renuncia al Consejo Presbiterial y pedido al Papa Pablo VI que lo ratificara o que le retirara su confianza. Casi todos los sacerdotes de la diócesis se reunieron con Zazpe para apoyar Angelelli y le dijeron que “los poderosos manipulaban la fe para preservar una situación de injusticia y opresión del pueblo” y para tomar ventaja de la “mano de obra barata, mal paga”.
Por otra parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Adolfo Tortolo, dijo que la Conferencia no debía mediar, y el Nuncio Lino Zanini apoyó abiertamente a los sancionados, a quienes les dio crucifijos como obsequios. Zazpe concluyó su inspección con una misa conjunta con Angelelli y expresó su pleno apoyo en referencia a su trabajo pastoral y a la doctrina. La Iglesia le dio la espalda a Carlos Menem.