Redacción de RiojaLibre
Rocío Bazán asegurá que Angel Ruarte la quiso matar. «Me tiró a la pileta, me intentó ahogar, y no me dejaba escapar del lugar, me pegó patadas y me golpeó brutalmente», narra la joven denunciante.
Ayer habló Angel Ruarte sobre ese episodio: «nunca le pegué, solo me defendí porque ella me quería pegar; cuando la saqué para que no me peque se cayó a la pileta».
Cada protagonista dio su versión y la gente fue tajante en su veredicto: en un 97% le cree a la denunciante y condena a Ángel Ruarte. Seguramente los antecedentes de Ruarte (estaba en el auto desde donde salió el disparo que terminó con la vida de Gabriel Minué) influye para que la gran mayoría de la ciudadanía condene a Ruarte.
Ahora bien, la Justicia no piensa igual que el Pueblo. A Ruarte ya se le declaró la ‘falta de mérito’ en el caso Minué, y ayer se lo procesó por lesiones y amenazas, quitando el rótulo de ‘tentativa de homicidio’, lo que provoca que el delito sea excarcelable y Ruarte esté en libertad.
Ante este revés judicial, grupos activistas proponen un acto de justicia social y económica: piden a quienes NO le creen a Ruarte que no consuman en el comercio de la familia de joven (El Terebinto).
¿Te parece justa esta iniciativa? ¿Debe la familia hacerse responsable por los actos de Ángel?