Pasó solo una semana de una derrota histórica para el peronismo riojano, pero la intensidad con la que se vivieron, dentro del bederismo, las horas subsiguientes a semejante batacazo, aceleró y profundizó la sensación latente de que ‘algo va a pasar’ en el oficialismo. Beder Herrera tomó conocimiento de la Traición de muchos de sus funcionarios, y –con las pruebas correspondientes- irá a la carga por sus cabezas. Será por estos días cuando varios adquieran el mote de ‘ex bederistas’.
Empíricamente, el bederismo –como la gran mayoría de los ‘ismos’- es «solo un sufijo que describe una determinada cosa (espacio político en este caso) para representar una forma de categorizar, clasificar y fusionar áreas del conocimiento». Es decir, el bederismo carece de valor fáctico; es más bien una expresión política que sirve para identificar a un espacio político.
El bederismo no es un partido político, no existe una lista de afiliación en la que uno debe anotarse para adquirir el mote de bederista. Ante la ausencia de dicha lista de afiliación, para abandonar el bederismo los dirigentes se ven obligados a cambiar radicalmente sus conductas para que el Pueblo se entere de su alejamiento. Si uno es justicialista y por ‘x motivo’ deja de serlo, se desafilia al Partido Justicialista y listo. Para dejar una expresión política como el bederismo, el trámite es un poco más complicado: no existe desafiliación o carnet que romper para recuperar la identidad política. Deberá existir un hecho público –generalmente escandaloso- que expulse al dirigente en cuestión del Bederismo.
Quienes suelen ver ‘más allá’ de los hechos, aseguran que lo sucedido el 25 de Octubre mucho tiene que ver con esto que te acabamos de contar. Quienes hoy ocultan las respectivas traiciones del 25O, lo usarán como ‘carta de desafiliación’ del bederismo una vez que asuma Sergio Casas. “El 25O significó el paso de muchos dirigentes del Bederismo al Casismo”, nos explicó un alto funcionario de la Casa de las Tejas, muy avezado en los ‘cambios de ciclo’ de la política riojana.
Dejemos la abstracción y pragmaticemos lo dicho hasta el momento: los dirigentes ‘bederistas’ que el 25 de Octubre definieron ir en contra de Beder Herrera lo hicieron sabiendo que su líder político se iba a enterar de tal conducta. Es decir, traicionaron a Beder sabiendo que –tarde o temprano- el Gobernador tomaría conocimiento de dicha traición. Es decir, eligieron dejar de reconocerlo como líder, de ser parte de su espacio político. Es decir, optaron por dejar de ser bederistas.
Tomemos algunos casos individuales para clarificar el panorama. Oscar Chamía –ex ultra mazista y luego ultra bederista- ordenó a su ‘gente’ en Villa Unión hacer campaña por la oposición. Sus dirigentes no escondieron su traición al oficialismo, dejando pruebas claras de su adhesión al Macrismo. Chamía actuó sabiendo que Beder Herrera se enteraría de dicha Traición. Chamía usó el 25 de Octubre para dejar de ser Bederista.
El ejemplo de Oscar Chamía sirve para sintetizar una lista interminable de dirigentes: Fonzalida, Elías, Urbano, Flores, Páez, Rejal, Paredes Urquiza, etc. Intendentes, Diputados, Ministros y demás funcionarios que –ante la asunción de Sergio Casas- plantaron bandera y se manifestaron: el ciclo de Beder Herrera ya terminó. Es aquí donde Fuerza Cívica Riojana debe reparar para poner fin a su inútil y exagerado triunfalismo: la elección no la ganó Olivares, la perdió Beder, la perdió el Bederismo, la perdieron –a propósito- la dirigencia que se quiere sacar el mote de ‘bederista’.
La mayor expresión Política Riojana: ‘el Cajismo’
Este grupo de dirigentes que traicionó a Luis Beder Herrera no lo hizo porque crea que el actual gobernador perdió su ‘estirpe’ de líder político y estadista. Tampoco porque vea en Sergio Casas –gobernador electo- a un Néstor Kirchner en potencia. La única razón por la que la gran mayoría de la dirigencia riojana dejará de ser Bederista para ser Casista, es porque Sergio Casas tendrá el dominio de la ‘caja’. Será Casas quien deba tomar la lapicera y ‘firmar’ el envió de fondos para tal Departamento, Ministerio o área.
Si uno hace memoria, constatará que muchos de los que no titubearán en autoproclamarse ultra casistas, fueron en su momento ultra menemistas, luego ultra mazistas y más recientemente ultra bederistas. La Rioja es una Provincia donde el Estado tiene un rol exageradamente protagónico en la economía cotidiana, es la principal fuente de trabajo de todos los riojanos. Es por eso que este grupo de Dirigentes será ‘ultraísmico’ de quien tenga el poder sobre la caja, sobre los 1.500 millones que entrarán a La Rioja durante el 2016.
El misterio que queda por develar es cómo actuará ‘esa persona’ que dominará la caja durante el próximo período. Si Sergio Casas le es fiel a Luis Beder Herrera, quienes traicionaron al actual gobernador el 25O quedarán en Off Side. Si –por el contrario- una vez sentado sobre la Caja, Casas se olvida de quién lo puso en ese lugar y actúa en concordancia con La Liga y el Bosettismo, será Beder quien quede en una situación complicada. En la conducta de Sergio Casas en los próximos días y semanas, nos enteraremos si el gobernador electo tuvo conocimiento o ‘incidencia’ en la Traición que se tejió sobre su mentor.
Claro que ninguna de las dos alternativas será sencilla para Casas. Si opta por darle la espalda a Beder Herrera, deberá combatir desde el primer día de su gestión a los círculos de poder que el actual Gobernador logró construir en estos ocho años al mando de la Provincia. La Economía (SAPEM) y la Justicia (TSJ) hoy le responden a Beder.
Por el contrario, si Casas opta por seguir respondiendo cien por ciento a Luis Beder Herrera, deberá enfrentarse con algunos Intendentes, Diputados y Ministros, que en las últimas elecciones decidieron sellar -¿anticipadamente?- el fin de ciclo del bederismo. Seguramente, el desafío del gobernador electo será garantizar la estabilidad de la Provincia mediante el equilibrio entre estas dos alternativas.
En este sentido, será fundamental el resultado del Balotaje. Si el vencedor es Daniel Scioli, Casas ni podrá pensar en ‘desoír’ a Beder Herrera, ya que el Diputado Nacional electo será el principal –y casi exclusivo- lazo del Gobierno Riojano con Nación. Antes de firmar el traspaso de cada peso a La Rioja, Scioli consultará a su ‘amigo’ Luis Beder Herrera, a quien sigue considerando como la ‘persona más poderosa’ de La Rioja.
En caso de que el vencedor sea Mauricio Macri, el escenario cambia. Casas deberá comenzar de cero con el nuevo ejecutivo nacional y Beder verá su poder totalmente menguado. Seguramente habrá nuevos ‘intermediarios’ entre Provincia y Nación, y Casas tendrá el duro desafió de gestionar fondos con un Gobierno Nacional ‘anti peronista’ y ‘anti estatario’, gobernando una Provincia donde el Estado tiene un rol protagónico en la vida económica y social de sus ciudadanos.
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