Redacción de RiojaLibre
No es una noticia que la corrupción habita -a niveles exacerbados- impunemente en el Gobierno de La Rioja, la novedad es que el país y el mundo se están dando cuenta de ello. Lo sucedido en Villa Castelli pone al descubierto el uso y abuso para beneficio privado y personales, de un Helicóptero que se compró por Ley para uso sanitario.
Aunque parezca cruel, quienes persigan y defiendan la ‘transparencia’ deben celebrar que haya habido víctimas fatales francesas. Si todos los muertos hubieran sido riojanos, el Gobierno solucionaría -como siempre- el incipiente conflicto apelando al los grupos concentrados de poder que le responden. Léase grupos económicos, mediáticos y -sobre todo- judiciales.
Pero a las autoridades francesas no se las puede someter o ‘comprar’, a ellos hay que darles ‘explicaciones’ de lo que pasó. Es ahí donde toda la mugre de este sistema totalmente corrompido puede ponerse al descubierto. En el circuito que se daba cada vez que el Helicóptero se usaba indebidamente, se cometían varias y graves irregularidades. Los riojanos, de alguna manera, nos habíamos acostumbrados a esos corruptos; pero los franceses NO.
Murieron 8 ciudadanos franceses y el Gobierno quiere saber por qué y culpa de quién. ‘No existió tragedia o catástrofe natural: acá hubo responsables’, es la lógica -acertada- de los europeos. A medida que se vaya ‘desovillando el ovillo’, saldrán a la luz nombres muy pesados que deberán ‘pagar’ -por fin- sus actos corruptos. Muchos de ellos lo harán con sus respectivas renuncias y otros, además, olvidándose de sus aspiraciones electorales; la condena social será inevitable.
El deber de los riojanos, aquellos que no estamos corrompidos por el sistema, es ayudar lo más posible a los franceses a ‘desovillar el ovillo’ para encontrar a los culpables. Hay una lucecita de esperanza: los Diputados Opositores están actuando. Ojalá los ‘billetes’ no apaguen esa luz.