Lo confirmó el director del hospital materno infantil, Oscar Díaz, quién aseguró que el pequeño fue llevado por su abuela con signos de violencia en su cuerpo y una gran marca en su cuello. Habrían querido asfixiarlo.
Díaz informó que un menor de 2 años y 8 meses ingresó al Hospital de La Madre y el Niño, llevado por su abuela, con signos de evidente maltrato. Por ello, se realizó la denuncia correspondiente ya que el hospital cuenta con una oficina de salud y acceso a la justicia para acelerar los procesos en los que están involucrados los niños.
El pequeño se encuentra en buen estado de salud y permanece internado, mientras que ya intervino en el caso la dirección de minoridad y la fiscalía comenzó a actuar de oficio.
“Ahora la justicia determinará la data de los golpes, nosotros informamos desde el punto de vista de salud lo que uno observa y eso se judicializa para determinar si es crónico o agudo, además del relato de los padres y de quienes están al cuidado de la criatura”, explicó el director del hospital y agregó que la marca que tiene en el cuello el menor es una señal de que ejercieron presión sobre él, como si hubieran intentado asfixiarlo.
Comentó también que “los padres aparentemente se iban a la chaya, queda al cuidado de la abuela y ella lo trae al hospital, comenzó a llorar y refirió que observó los golpes por eso lo trajo”.
ACUSACIONES CRUZADAS ENTRE MAMÁ E HIJA
La abuela culpó y responsabilizó a su hija y su pareja por el estado que presenta el menor. Aseguró que son adictos y que tienen tratos violentos, tanto entre ellos como con sus hijos. Contó también que la última noche de la Chaya, ellos se fueron a ver a Ulises Bueno, dejando a las criaturas, y fue ahí cuando descubre el estado del menor.
Luego habló la madre del menor, quien se identificó como Jéssica, a quien se la mostró más preocupada por demostrar su inocencia que por la salud de su hijo. Aseguró que su mamá (la abuela del menor) «está enferma y no los puede ni ver al menor». «A mi mamá se le quebró el brazito de mi hijo y yo no salí a hacer un escándalo mediático», agregó.
Jéssica reconoció que su pareja es adicta a las drogas, pero lo defendió: «no los trata mal a los chicos». Sin embargo, reconoció que «tiene antecedentes por violencia de género, que yo misma denuncié pero nadie me llevó el apunte». Sobre las marcas que tiene su hijo en el cuello, argumentó que «chocó con una soga».