La chica justifica su postura alegando que subastar su virginidad es una manera rápida de ganar el dinero que necesita para seguir sus estudios fuera del país.
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“Muchos de mis amigos tienen que trabajar mientras estudian porque sus gastos en la universidad son demasiado elevados”, explica la joven a Metro, el diario digital del Reino Unidos. Pero ella prefiere no trabajar fuera de Rusia.
Según cuenta Ariana, no es la única que subasta su virginidad. Asegura que una de sus amigas tomó la misma solución.
La joven estudiante dice que es: “una mujer libre y que la decisión de subastar su virginidad es suya”. Como detalle, sus padres no están enterados de la subasta, pero Ariana no tiene problemas en contárselos llegado el momento.
Con 20 años, la rusa cuenta que hace tiempo espera a la persona adecuada para entregarle su virginidad, pero que nunca llegó. Y se pregunta por qué debería perder su virginidad con alguien que después le pueda romper el corazón. Solo espera que el ganador de la puja la trate con respeto. La subasta empezó en 150.000 euros y ya se verá en cuánto termina.
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