Es que su recital en Mendoza fue el que arrastró el mayor número de gente desde que el mítico músico inició su carrera como solista en 2004.
Esta vez el incesante caer de las gotas amenazó con la suspensión del show. De hecho, durante unos minutos la lluvia casi logra su cometido. En esos intervalos aprovecharon para limpiar al escenario y asistir a Solari, quien era castigado por las húmedas ráfagas, las que dificultaban su performance.
Para la prensa fue imposible acercarse al palco vip, montado para que funcionarios, famosos y la propia hija de la presidenta Cristina Fernández pudieran disfrutar del espectáculo.
Si bien se calculaba que unos 120.000 seguidores del ex Redondo se congregarían en San Martín, la capacidad del predio para albergar a 300.000 personas y la locura desatada por el Indio hicieron que la cifra fuera superada, dejando muy atrás a las presentaciones que realizó en Tandil y Junín en 2010 y 2011, respectivamente. En esos recitales convocó a 80.000 espectadores.
Pero “el pogo más grande del mundo” se venía gestando a paso firme desde 2005, cuando en dos fechas contó con la participación de 100.000 seguidores en La Plata.
El show menos convocante de Solari fue cuando incursionó en tierras extranjeras ese mismo año. Es que en Montevideo, Uruguay, sólo se juntaron 15.000 personas en un velódromo, una cifra para nada despreciable pero que queda muy lejos de la multitud que el carismático rockero logró movilizar en estas tierras.
No se conoció que se produjeran incidentes aunque sí algunas personas contaron que les robaron celulares o zapatillas.
Además, algunos borrachos, nerviosos por el clima frío, se pusieron bastante molestos.
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