Las piezas analizadas habían sido encontradas el 22 de septiembre por un grupo de chicos que estaba jugando al fútbol cerca de la casa de uno de los hermanos José y Gonzalo Gómez, dos de los condenados por el secuestro y la desaparición de Marita. Se trataba de un cráneo y una pila de huesos calcinados que estaban sobre un terreno en el que hace un año la Gendarmería había hecho una exhaustiva búsqueda.
La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) había solicitado la intervención del Equipo de Antropología Forense (EEAF) para su análisis. Sin embargo, las pruebas arrojaron que se trata del cráneo de un hombre y de huesos de animales. No es la primera vez que se hallan restos humanos a raíz de la búsqueda de Marita Verón.
El portal Fiscales, de la Procuración General de la Nación, aclaró que “más allá del resultado negativo respecto a alguna víctima de trata, aún se sigue trabajando, en coordinación con el juez de instrucción provincial, en la identificación de precisiones antropológicas que puedan ayudar a determinar la identidad de la persona y las circunstancias de la muerte”.
La semana pasada, el abogado Carlos Garmendia, que asesora a la Fundación “María de los Ángeles”, había adelantado que los estudios habían tenido un resultado negativo para la búsqueda.