En medio de una crisis económica devastadora, la administración de Javier Milei enfrenta un alarmante incremento en las solicitudes de seguro por desempleo. Más de 100.000 personas han perdido sus trabajos en los últimos seis meses, un reflejo de la recesión y las políticas fallidas que no logran revertir la caída.
El gobierno de Javier Milei ha sido una montaña rusa de promesas populistas y realidades dolorosas para el pueblo argentino. Con una recesión en aumento y una falta de políticas efectivas para mitigar sus efectos, el país se encuentra en una situación económica precaria. La cantidad de personas que dependen del seguro de desempleo se ha duplicado en el primer semestre de 2024, alcanzando un promedio mensual de 111.851 beneficiarios, según datos oficiales.
Este aumento exponencial no es un mero dato estadístico; es un reflejo del fracaso de las políticas económicas del actual gobierno. Los números son contundentes: 98.703 personas perdieron su empleo registrado sin causa atribuible al trabajador durante los primeros seis meses del año. De estas, una mayoría proviene de sectores clave como la construcción (36.488 trabajadores), la industria manufacturera (19.532) y el comercio (15.389), todos pilares fundamentales de la economía nacional que han sido duramente golpeados.
El seguro de desempleo, con un estipendio promedio de $182.858 mensuales, ha sido el salvavidas para muchos. Sin embargo, este monto es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia, especialmente en un contexto inflacionario donde los precios de los alimentos y servicios esenciales continúan en alza. La realidad es que estas cifras representan no solo la incapacidad del gobierno para generar empleo, sino también una crisis de confianza en las instituciones y en las promesas de un futuro mejor.
El contraste con el discurso oficial es notable. Mientras las cifras de desempleo aumentan, el gobierno insiste en una narrativa de recuperación económica que carece de fundamentos en la realidad. Las medidas tomadas hasta ahora, como la liberalización del mercado y la reducción de impuestos para las grandes empresas, no han logrado estimular el crecimiento ni proteger a los más vulnerables.
Las personas que pueden acceder al seguro por desempleo son aquellas despedidas sin justa causa, por finalización de contrato o por causas externas al trabajador. Este seguro, que puede durar hasta 12 meses, incluye también las asignaciones familiares y la cobertura de obra social, beneficios que, aunque necesarios, no resuelven el problema de fondo: la falta de empleo sostenible y bien remunerado.
El sistema de seguro de desempleo, aunque esencial, se convierte en un paliativo temporal en lugar de una solución estructural. El hecho de que tantas personas dependan de él es un síntoma de un problema mayor: la falta de políticas públicas efectivas que promuevan el empleo y el desarrollo económico sostenible. Además, el monto y la duración del beneficio se determinan según los ingresos y meses trabajados en los últimos tres años, lo que significa que quienes más lo necesitan a menudo reciben menos ayuda.
En el contexto de una inflación descontrolada y una moneda débil, el poder adquisitivo de los beneficiarios de este seguro es cada vez menor. Esto agrava la situación de aquellos que ya están en una posición económica vulnerable, creando un círculo vicioso de pobreza y desempleo del cual es difícil salir. Las trabajadoras mayores de 45 años, que cobran durante seis meses adicionales, enfrentan barreras adicionales en el mercado laboral, agravando aún más la situación.
El Consejo del Salario Mínimo ha dispuesto que la prestación por desempleo debe ser equivalente al 75% de la mejor remuneración del trabajador en los seis meses anteriores al cese laboral, pero nunca menos del 50% del Salario Mínimo Vital y Móvil vigente. Sin embargo, este cálculo se vuelve casi irrelevante cuando el salario mínimo mismo es insuficiente para vivir. En mayo y junio, el salario mínimo fue fijado en $234.315, aumentando a $254.241 en julio, lo que todavía no es suficiente para cubrir el costo de vida básico en el país.
El gobierno de Javier Milei se enfrenta a un dilema: seguir adelante con políticas neoliberales que han demostrado ser ineficaces o buscar nuevas soluciones que realmente aborden los problemas estructurales de la economía argentina. Sin una intervención decidida y un cambio de rumbo, el futuro parece sombrío para las decenas de miles de argentinos que dependen de un sistema de asistencia social que no puede sostenerse por mucho tiempo.
El incremento de las solicitudes de seguro por desempleo no es solo una cifra más en un informe gubernamental; es un grito de auxilio de una sociedad que lucha por mantenerse a flote en medio de una crisis económica y social sin precedentes. Es hora de que el gobierno deje de lado las promesas vacías y tome medidas concretas para abordar las raíces del problema, antes de que sea demasiado tarde.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/756451-se-duplicaron-los-seguros-por-desempleo