Son las 11.25 del martes 6 de agosto. En la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de Hipólito Yrigoyen, suena el teléfono. “¡Hola!”, dice una voz diligente. Otra, grave, desacostumbrada a las estridencias, corresponde al saludo y pregunta por el padre Rubén Gutiérrez. “No. No se encuentra. ¿Quiere dejarle algún mensaje?”, propone la eficaz secretaria, la mano izquierda dispuesta a garabatear el recado en la agenda. “Necesito hablar con él. ¿Me podría dar el número de celular porque hace días que lo ando buscando?”, insiste amablemente. “¿Desde dónde me está llamando?”, interroga, precavida. “Desde el Vaticano”. La incredulidad cede al reconocimiento y sin resuello pregunta: “¿Quién habla?”. “Francisco”. “¡¡Santo Padre!!”. Sentimiento grato e intempestivo la sorpresa, que precede esos hechos que llegan sin mostrar signos exteriores.
“¡Sos más difícil que el Papa!”
A las 11.30 suena el celular del padre Rubén. “¡Hola! ¿Hablo con el cura de campo más sacrificado?”. “…”. “¿El de las tres maldiciones? Vos sos más difícil que el Papa, che. Te estuve rastreando desde hace varios días”. A esa voz el padre Rubén la reconocería sin dudar, salvo porque conoce de sobra que su dueño, desde el 13 de marzo pasado, “está recorriendo con el corazón” la geografía de sus afectos porque “estoy un poquito lejos”. En efecto, revisa su móvil, que registró nueve llamadas perdidas de un número desconocido. “¡Padre! ¡No lo puedo creer! ¿Dónde está?”, le hace expresar su nerviosismo. “Estoy en casa. ¿Cómo estás vos? ¿Estás enojado conmigo por lo de Marcelo?”, quiere saber Francisco, quien designó al obispo de Orán, Marcelo Colombo, titular de la diócesis de La Rioja, cargo que asumirá a principios de septiembre. Con firme compromiso social, Colombo se interiorizó y trabajó para modificar un escenario de pobreza, desempleo y violencia. Una actitud que le suscitó el acercamiento de muchos fieles a este “pastor con olor a oveja”.
“Lo necesitaba en La Rioja, pero me apuré a nombrarles otro obispo, para que no quedaran huérfanos. ¿Lo conocés a Gustavo?”. “Sí, lo conozco y creo que será un buen pastor, aunque no todos piensan así… No sé si supo del artículo que salió en Página 12”, repone el padre Rubén en referencia a la nota de Horacio Verbitsky: “Primer lío en la diócesis”, publicada el 28 de julio pasado y elaborada a base de correos electrónicos entre sacerdotes y laicos de Quilmes, que cuestionan la designación episcopal de Gustavo Zanchetta. “Sí. Pero tengan fe. ¡Vos sabés cómo quiero a Orán! No se dejen engañar por cantos de sirenas. ¡Hay mucho por hacer! No se distraigan”, dice firme Francisco.
La emoción de Brasil, en la charla
El diálogo entre el padre Rubén y el Papa no podía dejar de recaer en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013. “Qué increíble lo que se vivió en Brasil! La verdad es que nos tenía a todos espiando la televisión”. “Fue maravilloso! Cuando dicen que son “o mais grande do mundo’ lo dicen en serio!”. “Quedamos impactados por el encuentro que tuvo con David y por haberse acordado de nuestra diócesis”. “Era una locura, pero lo reconocí a tu “pollo’ y le pregunté por vos”. “Eso nos llenó de gozo a todos. Sentíamos que estábamos ahí, junto a usted, en Brasil”. “No te puedo explicar lo que se vivió allí. El Espíritu nos rejuveneció y nos volvió a ilusionar con una Iglesia distinta”. “La gente recibió sus mensajes como un nuevo evangelio!”. “Viste que es hermoso ser Iglesia, discípulos y misio neros!”.