El primer acto de la ceremonia inaugural fue muy colorido, aunque aburrido. El sonido no ayudaba a los bailarines que intentaban representar a la vegetación y las danzas típicas de cada región de Brasil alrededor de un enorme balón de fútbol que proyectaba imágenes.
Un niño en función de árbitro irrumpe con una tarjeta roja para que los bailarines abandonen el campo de juego y le den lugar a unos 60 chicos, que representaron a todos los países clasificados para la fase final, que pelotearon en la cancha.
Para cerrar, Pitbull, la cantante brasileña Claudia Leitte y Jennifer López quienes salieron de la enorme pelota, que se abrió como una flor, cantaron «We Are One», la canción oficial de la copa del mundo.
Las críticas en las redes sociales, principalmente en Twitter no tardaron en llegar y el pico de rating no llegó a los 24 puntos. Una inauguración floja que