“Si Mauricio Macri va a hacer lo mismo que Carlos Menem, yo me voy a vivir al Uruguay”, comparó Oscar González Oro. “Las corporaciones elegían los ministros de Economía del ex presidente”, declaró el conductor el último miércoles en su programa radial. Y al día siguiente fue el presentador de Daniel Scioli cuando cerró la campaña en la veraniega Mar del Plata.
“Tengo miedo de volver a tener ganas de vivir en otro país”, confesó Darío Grandinetti. “En el 2001 me podía ir a España, pero hoy ya no”, recordó el actor que se siente tanto kirchnerista como alfonsinista: “Raúl peleó contra las mismas corporaciones que Néstor y Cristina”.
“Me voy remando a Carmelo (Uruguay) si Elisa Carrió es Procuradora”, adelantó Carlos Barragán. Es que se había rumoreado que, de ser electo, Mauricio Macri podría designar a “Lilita” como la jefa de los fiscales. “Esta tipa saldrá a perseguir gente”, acusó el conductor de 678, el programa oficialista que el presidente electo prometió sacar del aire de la TV Pública.
“Siempre tengo la opción de irme a México”, planteó Manuel Quieto. El cantante de Mancha de Rolando siente que no podría vivir en un país gobernado por Mauricio Macri. Y, por eso, invitó a sus músicos: “Quien quiera venir, que venga. Arrancamos tocando en el metro”.
La campaña del “exilio” la había iniciado, cuándo no, Diego Brancatelli allá a lo lejos el 27 de marzo de 2014. “El día que Mauricio Macri sea presidente, yo estaré en (el aeropuerto internacional) Ezeiza”.
Ni lerdos ni perezosos, los detractores del fallido candidato kirchnerista a concejal de Ituzaingó, armaron en Facebook un evento para despedirlo el 10 de diciembre a la 1 de la mañana. Ya hay 157.879 “asistentes”. Allí también podrían cruzarse con González Oro, Grandinetti, Barragán y Quieto.
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