Redacción de RiojaLibre
La histórica frase (Es la economía, estúpido) nace en la elección a presidente norteamericana del año 1992. El entonces candidato demócrata Bill Clinton inició una campaña -ideada por Henry Kissinger- comunicándole a su contrincante, el actual presidente George W. Bush (padre) cuál era el verdadero problema que tenía Estados Unidos. Bush probó con un centenar de medidas, pero no podía solucionar los problemas de los ciudadanos.
En La Rioja, a Beder Herrera le está sucediendo algo similar que George Bush. Desde hace meses viene intentando miles y miles de estrategias para posibilitar su continuidad en el poder, pero -una a una- los ciudadanos le dieron la espalda. Ya convencido de que no podrá re reelegirse (primer gran espaldarazo del pueblo), el Gobernador quiso imponer a algún candidato de sus filas. Pero no hay caso, las encuestas -las verdaderas, no las inexistentes en las que se basa la prensa oficial- llegan a su despacho y le provocan reiteradas úlceras.
Sea el nombre que fuera (Madera, Del Moral, Bosetti, Fonzalida, Saúl, etc) el resultado siempre es el mismo: el candidato bederista se posiciona tercero, bien lejos de los dos primeros (Martínez y Quintela). «Tenemos un presupuesto sin límites, qué corno pasa», «los otros no ponen un peso y siguen ahí arriba», «Cómo puede ser que nuestra plata no tenga utilidad, algo está pasando», serían algunas de las recriminaciones del Gobernador a sus asesores más íntimos.
Pareciera que Beder Herrera no encuentra la explicación a lo que sucede, porque insiste con la misma metodología, solo cambiando nombres propios. Es como que no se diese cuenta que mientras sigan existiendo las SAPEM, su proyecto MINERO, el despilfarro de dinero para construir el Superdomo, podrá candidatearlo a Mahatma Ghandi, pero la respuesta de los riojanos será la misma.
Es tan simple que resulta increíble que no se den cuenta. Estimado gobernador, con todo respeto le decimos: Es la corrupción, estúpido.
¿Y sabe por qué? Porque -como lo muestra la carátula de la nota- a la justicia, la prensa y los políticos los puede ‘conquistar’ con corrupción; pero las elecciones del año pasado confirmaron que al ciudadano no. Desde el 11 de Agosto del 2013, se terminó con la preponderancia de la dádiva. Desde entonces, una realidad quedó confimada en La Rioja: EL VOTO NO SE COMPRA.