El Sensacional no se iba a quedar con las ganas de estar con la estrella colombiana del cine para adultos, Esperanza Gómez (33). La actriz, de gira por nuestro país, pertenece al gigante productora mundial de la industria pornográfica “Brazzers” y habló sin filtro con nosotros.
–¿Qué te aconsejaron tus colegas cuando entraste a la industria?
–Sobre todo, cuidados de cómo estar limpia antes de iniciar una escena. Cuidados de higiene. Me enseñaron cómo comunicarle al director si no me sentía cómoda en una escena con alguna posición. Cómo decirles que paráramos. Me he pelado las rodillas de tanto estar agachada (risas).
–¿Qué parte del cuerpo se desgasta más?
–Con el movimiento se maltrata demasiado la piel y terminas con cicatrices y magulladuras en las rodillas y en los pies. He llegado a tener las rodillas completamente peladas.
–¿Cuál es la posición que más te gusta?
–En cuatro (risas), y me gusta mucho la cucharita porque es una posición como de arrumaco y abrazo, de romance.
–¿La que menos te gusta?
–Las más complicadas, que para mí son las posiciones en las que el hombre te carga y te está sosteniendo. Estás como colgado del árbol y mantener ese equilibrio no es fácil. Es de las que menos me gusta.
–¿Qué es lo que solamente hacés con tu pareja?
–Con él, entrega total y con amor. En la industria uno hace de todo. Mucha gente cree que vas a entregar más en la relación sentimental. No a todos los hombres les gustan las mismas posiciones. Hay muchas posiciones que hago en el porno y no con él.
–¿Cómo competís con la enorme oferta de porno que hay en internet?
–Ese secreto no lo sé. Yo observo mis escenas y soy de ver a otras chicas. Hay muchas que hacen de todo y son excelentes. Yo no he hecho sexo anal, no he hecho escenas con muchos hombres a la vez, no he hecho doble penetración y tengo más rating que las chicas que han hecho todo. Más que eso, es la entrega y la naturalidad.
–¿Has hecho doble penetración o tener sexo con muchos hombres a la vez en la vida personal?
–Sí.
–¿Cuántas personas han llegado a sumar a la hora del sexo con tu pareja? –Una vez estuvimos en una orgía adonde había 22 personas. No estuvimos con absolutamente todos, simplemente con los que uno quería. Cada uno intercambiaba su pareja con quien se sentía cómodo.
–¿Qué te pasa por la cabeza cuando, en medio de una orgía, mirás para el costado y te encontrás a tu pareja con otra persona?
–Me gusta sentarme a observar. Me excita muchísimo ver que está penetrando a otra chica.
–¿Y sólo mirás? –No, me masturbo mientras veo lo que hace.
El backstage del porno. La industria pornográfica es un mundo misterioso que genera intriga en muchas personas.
–¿Cuántas veces hay que repetir una eyaculación frente a cámara para que quede bien? –Si se da en la primera, queda en la primera. Tratar de que el hombre eyacule al corto tiempo, no es fácil. Cuando te dicen que vas a grabar una hora de sexo y el productor piensa que, a la media hora, ya consiguieron todo lo que necesitaban, le dice al actor que ya puede acabar. Le avisan y ya cambian el ángulo de la cámara para concentrarse en ese punto. Si no sale bien hay que hacerla de vuelta.
–¿Cuánto tarda un actor porno en recuperar una erección?
–Algunos a los cinco o diez minutos ya están otra vez listos y no tienen ningún problema. Otros necesitan una o dos horas. –¿Y si necesitan estimulación? –Estoy enterada que existen en la industria grupos de chicas que se encargan de mantener la estimulación en estas situaciones. En mi casa nunca tuve problemas afortunadamente (risas).
Adicciones –¿Tenés alguna adicción? –Hay mucha gente que cuando llega a determinadas esferas, se mete en las drogas. Yo no. La única adicción que tengo es al buen tinto. –¿Qué te provoca el miembro masculino? –Amor y pasión. Me encanta mimarlo. Lo cojo y consiento como si fuese un bebé. Me genera placer y excitación solamente al verlo. Lo que me atrae de la pornografía es interactuar con distintos penes. Cuando entro a Google lo primero que busco es “penes grandes”. –¿Y no te las conocés de memoria ya las fotos? – (Risas) Algunas. Tengo una carpeta entera con fotos de penes grandes y, a veces cuando estoy sola en mi casa y me quiero masturbar, vuelvo a esas fotos. No miro nada más, únicamente el rectángulo que muestra el pene.
–¿Sos de realizar favores sexuales prescindiendo de la penetración? –Muy poco. Es que una vez que me excito y estimulo, necesito que me penetren. Si a mí no me penetran, estoy incompleta. –¿Cuál fue la más grande que viste? –He visto dos que miden treinta centímetros. –¿De cuándo data tu fascinación? –Desde muy chica. Cuando por primera vez vi un pene por accidente. Estábamos en una finca jugando a las escondidas y yo me metí debajo de un árbol. Tenía 8 o 9 años. Alguien se arrimó a ese árbol a hacer pis y yo me quedé ahí. Me quedé quietica, calladita, mirando. –¿La primera vez que entraste en contacto con un pene? –A los 15 años. Fue un amigo de la familia de mis padres. No sé qué edad tenía. Lo que pasa es que no fue consentido. Fue un abuso. Le cogí un gran resentimiento y rabia a los hombres. –¿Y cuánto pasó hasta que tuviste tu primera relación consentida? –Casi dos años. Fue con una persona muy linda que me ayudó muchísimo y fue muy paciente. Esperó a que yo tome la iniciativa. –¿Volvés a hablar con esa persona? –Duramos 9 años de novios. La segunda pareja que tuve es la actual, con la que llevo siete años.
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