En los últimos días, el Gobierno nacional confirmó el cierre del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), que había logrado una notable disminución de embarazos no deseados en adolescentes. El Plan ENIA se implementó en el 2018 y se desarrollaba en las provincias de La Rioja, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Jujuy y provincia de Buenos Aires, por ser las jurisdicciones con indicadores más altos de embarazo en adolescentes.
Según se supo, el Gobierno de Javier Milei no renovó los contratos que vencían el 31 de marzo y, de esa forma, más de 700 trabajadores, de todas las provincias, quedaron sin su fuente de trabajo. En diciembre del 2023, la Nación había extendido los contratos del personal por tres meses, de enero a marzo. Sin embargo, en marzo ya no hubo ningún referente como interlocutor para saber sobre la continuidad del Plan.
En diálogo con El Destape Radio, el enfermero y ex agente territorial del Plan en La Rioja, Nahuel Carrizo cuestionó el cierre del programa ya que, durante los años que se implementó, dejó importantes resultados. «Desde 2018 hasta la actualidad, se disminuyó en un 50% lo que son los embarazos no intencionales; teniendo en cuenta que hasta 2017 teníamos datos de que en Argentina eran 109.000 los embarazos no intencionales de mujeres menores de 20 años. En los últimos datos que nosotros tenemos, del relevamiento de 2022, estos embarazos disminuyeron a 47.000 en mujeres menores de 20 años», detalló Carrizo.
Según contó el ex agente territorial, los datos del último censo brindaron estadísticas a nivel nacional que coinciden con sus relevamientos. A partir de los datos del censo, se ha detectado una disminución de la tasa de fecundidad: en 2010 había una tasa del 47%, mientras que en 2022 la tasa pasó a ser del 22%. Por lo tanto, hay datos de distintas fuentes respaldando el funcionamiento y el trabajo que ha realizado el plan ENIA en estos cinco años de funcionamiento.
En el caso puntual de La Rioja, Carrizo informó que, en el año 2015, hubo 1.005 bebés nacidos de madres de entre 15 y 19 años. El plan ENIA se implementó en 2018, y ya en 2022 disminuyeron de 1.005 a 319 los bebés nacidos de madres de entre 15 y 19 años. Es decir, en la provincia de La Rioja hubo una reducción del embarazo adolescente de casi un 70%.
Por otro lado, el riojano aclaró que el Plan ENIA buscaba un cuidado integral de la salud de los adolescentes. «Si bien el objetivo principal es la disminución y la prevención del embarazo no intencional en la adolescencia, nosotros hacemos un fuerte trabajo en lo que llamamos la salud integral de niñas, niños y adolescentes. Es decir, poder abordar todas las problemáticas que los rodean, no tan solo un embarazo, sino toda su salud», expresó Carrizo.
Para poder llevar adelante esta desafiante tarea, el joven explicó que el Plan era integrado por un gran equipo de trabajo, que se sustentaba sobre un equipo que trabajaba dentro de las escuelas: eran acompañantes pedagógicos que se encargaban de poder llevar los contenidos de la ESI, capacitar a los docentes y asegurarse de que se dicten de manera correcta en las instituciones educativas. En segundo lugar, el plan también contaba con asesores, que se encargaban de generar un espacio de escucha para los adolescentes: era una especie de consultorio, donde los adolescentes podían acercarse solos o con sus compañeros, y realizar todo tipo de preguntas en materia de salud, e incluso gestionar turnos en centros sanitarios. Por otro lado, el plan también contaba con equipos de Consejería en los centros de salud o “salitas”; y, por último, también tenían un equipo de base comunitaria, que llevaba la ESI, la salud sexual reproductiva y la salud integral a espacios comunitarios como plazas, comedores, clubes, etc.
Por último, Carrizo recalcó que, además de todos los derechos que se van a vulnerar con el cierre del Plan ENIA, en términos económicos también habrá consecuencias, ya que disminuir embarazos es lo genera un verdadero ahorro a la salud pública. «Un método anticonceptivo, la ESI y la educación, son mucho más barato que tener que financiar todas esas intervenciones en la salud pública», concluyó Carrizo.
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