El papa Francisco envió una carta de contestación a un cura párroco riojano. Se trata del presbítero Enrique Martínez, quien le envió una nota de felicitación el pasado 1 de mayo. Ayer, Martínez recibió la contestación de puño y letra del Papa y la leyó a la feligresía, quienes tomaron como un “regalo extra de Dios”. Así lo expresó el cura a NUEVA RIOJA, confirmando esta carta que le envió el Sumo Pontífice al cura que actualmente está en la capilla “Anunciación del Señor”, en el sector de la Quebrada riojana.
Grata fue la sorpresa ayer del padre “Kike” Martínez, cuando encontró el sobre con una nota enviada de puño y letra por el Papa Francisco. Además le cuenta el momento que vive como el líder máximo de la Iglesia Apostólica Romana, y también del bajo perfil que sigue manteniendo.
“En realidad el papa Francisco me contestó una carta del 1 de mayo. Yo me enteré que el Obispo Rodríguez le iba a enviar una carta por intermedio del Nuncio, entonces le pregunté que si le podía adjuntar una carta de salutación. Si bien debe saber que estuvimos rezando por él, siempre es grato saberlo. Le conté lo que vivimos el 4 de mayo, cuando se realizó una procesión muy emotivo recorriendo las aristas del sacerdocio, con la bendición de la familia en general, los enfermos. Inclusive me apartaba del recorrido, para ir a darle la unción a los que no podían caminar, los muy enfermos. Son momentos de mucha hondura, muy emotivos. Entonces le escribí sobre lo vivido”, indicó Martínez.
“También le transmití lo que habíamos vivido en la comunidad, mandándoles los saludos de toda la feligresía en esta nueva tarea. Y en la mañana del domingo, cuento entro en la misa de las 10.00 la hermana Lucrecia me da este sobre que era para mí. Cuando lo abrí vi que tenía una carta y reconocí la letra de Jorge Bergoglio, porque lo había conocido y sabía que era su letra”, explicó.
“Me cuenta detalles de su vida, que sigue viviendo en el misma casa, en “Santa Marta” que es donde se alojó para el Cónclave, y donde siempre van obispos, sacerdotes y laicos que van a hacer algún trámite en Roma. Dice que no quiere vivir en el Palacio Apostólico, puesto que le gusta vivir allí, porque come con los huéspedes, y se rodea de la gente, inclusive celebra misa todas las mañanas ahí. Va a trabajar en el Palacio, y luego vuelve a Santas Marta”, comentó Martínez, en torno al perfil bajo que mantiene el papa, pese a la autoridad que reviste su figura.
“También manda saludos para los feligreses, reiterando las oraciones para él, y para la misión que ahora tiene. Fue un momento muy lindo en la misa, porque la gente lo tomó como un regalo extra de Dios. La recibí y la leí ahí mismo”, remarcó el párroco.
Su relación con Francisco
Enrique Martínez y el Papa (Jorge Bergoglio) desde hace mucho tiempo que se conoce. “Nos conocimos cuando fuimos a estudiar a Buenos Aires, enviados por Monseñor Enrique Angelelli en 1975. A raíz del asesinato del Obispo, él nos acompañó mucho, tanto es así en esa relación de afecto, que él nos predicó el retiro de ordenación a varios curas. El estuvo en la Quebrada y lamento que en ese entonces no haya tantos medios para hacer fotos, pero guardamos en la memoria lo que vivimos en la Casa del Obispado. El estaba de lunes hasta el viernes, porque tenía que viajar por compromiso de los jesuitas, pero nos predicó el retiro a Carlos Gonzalez, a Miguel Lacivita y a mí”, recordó Martínez, quien comentó los momentos que vivió con el Padre Santo.
“Esto viene de una relación de muchos años, y que por lo visto ahora sigue, porque no se olvida de sus relaciones y afectos de la Argentina. Es algo que nos toca muy profundamente a todos, puesto que es la cabeza de la Iglesia”, añadió.
En cuento a la renovación de la fe católica que provocó la asunción del primer papa latinoamericano, Martínez evaluó como positivamente este acontecimiento. “Uno lo ve en un montón de actitudes. Un ejemplo de ello es que siempre voy al Señor de la Peña para Semana Santa, para la confesión. Y esto que digo lo puedo hacer porque no es secreto de confesión. Muchos me dijeron que volvían porque los había movilizado la figura de Francisco. Hay que recordar que hacía poco que se había hecho cargo del Pontificado. Para la Semana Santa se notó una mayor participación, una mayor afluencia de los riojanos. Yo siempre digo que es una pequeña caricia del Tata Dios quien nos reconforta y nos bendice”, concluyó el cura Enrique Martínez, en torno a la carta que recibió de puño y letra del papa Francisco.