El ex intendente se mostró conciliador y a favor de una “amnistía” en PJ para que vuelvan los dirigentes que se fueron. A su vez, dijo que el ex gobernador “tiene el lugar que se merece por trayectoria” y recalcó que “no se puede jubilar a nadie en la política” . Por último, no descartó ser parte de una de lista peronistas para las Legislativas.
Todo parece indicar que el ex intendente capitalino Ricardo Quintela comenzó a calentar motores para una hipotética candidatura en las Legislativas 2017. Algunos hablan de una diputación nacional y otros de una provincial, pero lo cierto es que hay altas probabilidades de que se presente.
El objetivo, según advierten en su sector, es brindar apoyo al PJ con su figura en una elección que será durísimo, en la cual el justicialismo deberá enfrentar al aparato nacional que se referencia en Cambiemos La Rioja, el espacio que conduce Julio Martínez.
En lo que respecta a la política, Quintela se mostró conciliador y sostuvo que el PJ necesita un partido unido de cara a las Legislativas 2017 y se expresó a favor de una “amnistía” que permita volver a todos los dirigentes que se fueron.
Luego, tuvo palabras de elogios para el reelecto presidente del PJ, hablamos de Luis Beder Herrera, sobre quien consideró que “no se puede jubilar a nadie de la política” y argumentó que “por militancia y trayectoria, Beder Herrera merece el lugar que le dan los compañeros”.
Respecto de su nombre en las boletas electorales del 2017, el ex intendente no confirmó ni rechazó, pero dejó claro que el peronismo jugará fuerte “con dos o tres listas en Capital”.
EL DISCURSO COMPLETO DEL GITANO:
Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy.
Nos proyectamos hacia el futuro que es al mismo tiempo el escenario de nuestras búsquedas y esperanzas. Es además el lugar de nuestras incertidumbres. Pero es también el ámbito de la libertad, del poder y de la voluntad. Porque el pasado se puede analizar, se puede estudiar, se pueden sacar conclusiones acerca de lo acontecido, pero no se puede modificar. El futuro, en cambio, es objeto de construcción y, por ese motivo, es el espacio privilegiado del ejercicio de la libertad
Este encuentro es la herramienta que elegimos para abrir, potenciar, difundir o multiplicar un proyecto de sociedad y las luchas o construcciones que siempre acompañamos y que debemos redefinir. Si las políticas del Estado están desvinculadas a las exigencias naturales de la ciudadanía se generan escenarios de conflicto, y se degenera el sentido de la participación social.
Frente a esta lamentable realidad ¿de qué han servido las doctrinas políticas, las teorías económicas y las esfuerzos sociales? Ni las democracias ni las tiranías ni los empirismos antiguos ni los conceptos modernos han sido suficientes para aquietar las pasiones o para coordinar los anhelos. La libertad misma queda limitada a una hermosa palabra de muy escaso contenido, pues cada cual la entiende y la aplica en su propio beneficio. El capitalismo se vale de ella no para elevar la condición de los trabajadores procurando su bienestar sino para deprimirles y explotarles. Los poseedores de la riqueza no quieren compartirla con los desposeídos sino aceptarla y monopolizarla.
El Peronismo es la fuerza que ha unido y sostenido nuestra historia desde siempre. Somos peronistas por voluntad, pensamiento y acción, pero también porque la historia nos obliga a ser peronistas. La dependencia económica a la que someten a la Patria nos obliga. La sumisión política con la que degradan a la Democracia nos obliga. La injusticia social a la que quieren acostumbrar a vivir al Pueblo nos obliga.
Y esa obligación de la historia es lo que nos impulsa siempre a vencer. A alcanzar el poder para ponerlo al servicio de la Patria, de la Democracia y del Pueblo. Hemos obrado así desde que abrazamos esta doctrina con fe, amor y militancia. También con errores por acción y omisión; con desaciertos por falta de experiencia y excesiva confianza; con turbulencias. Pero jamás con maldad. Jamás con la peor maldad política de todas que es olvidar de dónde venimos olvidando a los nuestros.
Hoy el peronismo que llevamos en la sangre nos obliga más que nunca. Hoy arrecian sobre nosotros la dependencia, la sumisión y la injusticia. Hoy cada familia que conocemos y queremos porque la tenemos cerca, sufre este tiempo donde no hay nada que tenga más valor que el dinero, y por eso mismo se encarna la pobreza en los hogares, en los barrios, en las escuelas, en los hospitales, en las calles.
Hoy el peronismo es más necesario que nunca. Tenemos que volver a creer que podemos volver a ser. Ser esa fuerza que ponga otra vez las cosas en su lugar, y devuelva la felicidad perdida.
– En La Rioja tenemos que volver a juntarnos, unirnos. Juntarnos a discutir para unirnos en serio. Juntarnos a hablar de política, para volver a hacer política de verdad. Con todos, sin exclusiones. Sin echar a nadie y sin permitir que alguien se vaya. La provincia está en serias dificultades, con un gobernador que la pelea todos los días. Tenemos que ayudarlo. Y él se tiene que dejar ayudar.
La Capital tiene problemas. La ciudad ha crecido demasiado en muy poco tiempo, y cada vez es más complicado prestar servicios adecuados y hacer una que otra obra. Al intendente hay que ayudarlo, pero él se tiene que dejar ayudar. Todos debemos comprender que a nuestras divisiones internas les suceden infinidad de miserias para nuestra gente. Y sin respuestas para el Pueblo el peronismo pierde su esencia. Dejamos de ser peronistas.
Yo no quiero dejar de ser peronista. No puedo. Y no creo que Casas o Paredes Urquiza quieran dejar de ser peronistas, para dejar a La Rioja en manos de otros, que no sabrán, no podrán o no querrán cumplir con dignificar al Pueblo Riojano.
– Ha sido un año duro. Y si no hacemos algo el que viene será peor. A la unidad necesaria la construimos con humildad, con trabajo e inteligencia. En 2017 tenemos el primer desafío, la primera oportunidad de demostrar y demostrarnos que somos capaces de entender la historia y volver a hacernos cargo de la obligación que como peronistas tenemos de cambiarla. Siempre a favor del Pueblo, que es el que sufre cuando el peronismo se ausenta del campo de batalla.
Precisamente, tenemos que dar una batalla cultural que nos ponga en posición de vencer en la contienda política. Tenemos que convencer que el Pueblo merece vivir mejor, que no es una utopía y mucho menos una irresponsabilidad, como quieren hacer creer los poderes concentrados, principalmente, en la propaganda antipopular que se ejerce en los medios, en las redes, en los discursos del gobierno nacional.
Y tenemos que hacerlo ganando la calle, yendo a los barrios, a cada casa, para hablar, para demostrar que no estamos equivocados, que podemos cometer errores pero jamás el horror de perjudicar adrede a nadie.
Para vencer hay que convencer, y también recordar. Y valorar un tiempo que no fue hace mucho, donde se podía comer sin mayores dificultades, pagar los servicios sin empeñar el sueldo, vestirse, mandar los chicos a estudiar, viajar, comprar algún que otro bien. Nada del otro mundo, como quieren hacer creer. Simplemente vivir un poco mejor.
Militancia, convicción, memoria. Con eso salgamos juntos a volver a vencer, para que el Pueblo vuelva a creer que el peronismo sigue siendo peronismo.
No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. Hay quienes preguntan, «¿Cuándo quedarán satisfechos?» Nunca podremos quedar satisfechos mientras haya gente con hambre, No podremos quedar satisfechos, mientras haya desigualdad social, Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un riojano no tenga proyecto de vida, No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que «la justicia social sea una constante en nuestra provincia». Hoy les digo a ustedes, amigos y compañeros míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño «americano». Sueño que un día esta provincia se levantará y vivirá el verdadero significado del justicialismo
Luchar, vencer, caerse, levantarse, Luchar, vencer, caerse, levantarse, hasta que se nos acabe la vida ( García Linera)