La Pandemia alteró todas las costumbres de la ciudadanía en 2020. Todo aquello que nos parecía normal, común rutinario, sufrió un golpe de Knock out por parte del COVID-19. El Abrazo, el apretón de manos, el beso en la mejilla, el ‘pogo’ como símbolo de festejo, fueron algunas de las costumbres argentinas arraigadas desde siempre, que el Coronavirus se llevó puestas el año pasado.
Así como el COVID perturbó la realidad social y la cotidianeidad de la ciudadanía, el mismo COVID tranquilamente puede perturbar la rutina política. Lo que dos años después de las Elecciones Generales nos parecía un acto crucial y determinante para comenzar a definir lo que pasa dos años más adelante, el COVID lo modificará, lo alterará. Estas elecciones intermedias –como todo lo que atañe a nuestras vidas- se llevan a cabo en el marco de una circunstancia especial, atípica.
Así como el COVID perturbó la realidad social y la cotidianeidad de la ciudadanía, el mismo COVID tranquilamente puede perturbar la rutina política
Sería un error garrafal, no solamente político sino también social, afrontar las elecciones de este año como lo hacemos siempre, como si nada estuviese pasando. Estamos en un año pandémico, no en un año electoral.
Tanto desde el Gobierno Nacional como Provincial, se anunciaron medidas de prevención para aminorar el impacto de la Segunda Ola de COVID, que ya estamos transitando. Los empleados públicos están eximidos de asistir al lugar de trabajo, las cenas shows y todo tipo de evento social y deportivo quedan suspendidos, y se restringe la circulación de 1 a 6 hs.
Las medidas mantienen un raciocinio al que no le entran balas: desde el Gobierno –tanto Nacional como Provincial- se viene sosteniendo que “así como el año pasado la consigna era cuidar la salud de los alumnos y docentes, este año –con todo lo aprendido- la consigna es sostener lo máximo posible la presencialidad en las aulas”.
Se podría decir que la ‘presencialidad en las aulas’ y la ‘actividad comercial’, se incorporan tácitamente este -2021- a los rubros esenciales. Para la sociedad y la ciudadanía, es ‘esencial’ que los chicos vayan recuperando el retorno a la presencialidad y los comercios pueden consolidar su incremento en las ventas.
Ergo, se podría concluir que la presencialidad y los comercios, será lo último que el Gobierno ‘tocará’ a la ahora de anunciar restricciones. Nadie puede aventurar a ciencia cierta cómo se comportará la curva de contagios, pero si la situación se encamina dentro de lo esperado, los Comercios y las chicos en las aulas serán una constante durante este año.
Ese es el debate del 2021: ¿Qué hacer con la presencialidad de los alumnos? ¿Cómo recuperar el terreno perdido durante el año pasado? ¿Cómo lograr que los Comercios cumplan con los protocolos para evitar cierres? ¿Cómo garantizarle a las PYMES, Emprendedores y Cuentapropistas, la continuidad laboral este año?
En semejante contexto, pensar que se puede desviar la atención en el ‘debate político’, en la definición de Listas, en las chicanas propias de la previa a una contienda electoral, resulta insensible, insensato, imprudente e irresponsable
En semejante contexto, pensar que se puede desviar la atención en el ‘debate político’, en la definición de Listas, en las chicanas propias de la previa a una contienda electoral, resulta insensible, insensato, imprudente e irresponsable. La clase política, sobre todo quienes están a cargo de Gobernador no pueden discutir si va primero Tere Madera o Turco Menem, Tere Luna o Guillermo Galván, mientras el Sistema de Salud está a punto de colapsar. El debate, la discusión, el cien por ciento de la atención debe estar centrado en cómo garantizarle respuestas desde el sistema de salud a todo riojano que lo necesite.
No hay 2023 sin 2021… MENTIRA!!!
Con lo expuesto hasta aquí queda claro que resulta inconcebible pensar un acto eleccionario mientras sigue creciendo la curva de contagios, y –sobre todo- de ocupación de camas en los Hospitales. Es por ello que –advirtiendo lo que se viene en los próximos meses- varios gobernadores le piden al Presidente de la Nación suspender las PASO.
No se trata de evitar el reto electoral. Especialistas anticipan que, con la Vacuna, la experiencia del año pasado, pero sobre todo con la colaboración indispensable del ciudadano, este año la curva de Contagios podría comenzar a descender mucho antes que en 2021 (fines de octubre). En ese escenario, las elecciones de Octubre, sin PASO, no correrían peligro.
Ahora bien, dejando de lado el contexto epidemiológico, y centrándonos específicamente en el análisis político y electoral, es erróneo aseverar que ‘no hay 2023 sin 2021’ para justificar las ansias electorales de una determinada figura política o sector.
La experiencia más cercana bien sirve para ratificarlo: a fines de Mayo de 2017 cuando se cerraron las listas para las elecciones del 4 de Julio, los grandes triunfadores fueron Tere Madera (ganó una importante pulseada en el oficialismo para imponerse como cabeza de lista en Capital), Gustavo Galván (cabeza de lista de la oposición en Capital) y Julio Martínez, candidato estelar del Frente Opositor en toda la Provincia.
Ricardo Quintela debió agachar la cabeza, tragar saliva, y aceptar el segundo lugar en la Lista. Muchos aseguraban que, con la impronta y antecedentes políticos que ostentaba Quintela, quedar por debajo de Madera en la lista significaba una derrota política que lo alejaba de las primeras planas de cara al futuro. En la oposición, Julio Martínez ratificaba su liderazgo e Inés Brizuela y Doria quedaba como segunda en la lista para Senadoras.
En 2019, dos años después y contra todos los pronósticos, los ‘derrotados’ del 2017 fueron los grandes triunfadores. Ricardo Quintela se quedó con la Gobernación e Inés Brizuela y Doria con la Intendencia capitalina. Quienes apostaron que ‘sin 2017 no hay 2019’ perdieron de cabo a rabo, y si insisten con la misma teoría este año podrían volver a perder.
En 2019, dos años después y contra todos los pronósticos, los ‘derrotados’ del 2017 fueron los grandes triunfadores. Ricardo Quintela se quedó con la Gobernación e Inés Brizuela y Doria con la Intendencia capitalina
Es que Armando Molina está llamado a ser el candidato a Intendente del PJ en 2023, pero no tiene ningún tipo de aspiración electoral para este año. Lo hemos dicho en columnas anteriores y lo ratificamos ahora: el claro e inapelable liderazgo de Ricardo Quintela en el oficialismo echa por tierra la teoría de que ‘hay que posicionarse este año para tener chances en 2023.
Más allá de quiénes sean candidatos en las elecciones de Octubre, el candidato a Intendente de 2023 lo definirá ese mismo año el Gobernador y Presidente del Partido, teniendo en cuenta la coyuntura de ese entonces. Es por eso que –por ejemplo- Armando Molina o Juan Luna no moverán ni un dedo por posicionarse para las elecciones de este año.
Armando Molina, Juan Luna, Gabriela Pedrali, Luz Santángelo, Juan Vergara y todo el Gabinete debe tener un solo objetivo este año: enfocarse en la Gestión para garantizar al ciudadano riojano que el Estado dará respuestas ante la situación epidemiológica que se vive. Al riojano, en 2021 hay que garantizarle salud, no elecciones.
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