El piloto argentino Orlando Terranova logró quedarse con la prueba cronometrada del jueves que atravesó por las famosas dunas de Fiambalá, en el oeste de la provincia de Catamarca, para completar la cuarta etapa entre Belén (Catamarca) y Chilecito (La Rioja).
Con un tiempo total de 3:01.34, el piloto del Branca Mini All 4 RacingTeam aventajó a Nani Roma por 3:22, recortando algunos minutos a la ventaja que tenía el español.
Roma se mantiene como líder del Desafío Ruta 40 Dakar Series en autos, y el mendocino lo escolta y promete dar pelea en la etapa 5.
También finalizaron José Silva con Toyota Hilux y el “Pato” Silva con la Mercedes de Colcar.
El paso por el desierto de Fiambalá fue uno de los filtros más duros que debieron atravesar los participantes del Desafío Ruta 40. La etapa tuvo una extensión de 192,32 kilómetros cronometrados, más otros 394,41 kilómetros de enlace, en donde prevaleció la navegación por GPS y el manejo de las máquinas sobre las dunas.
En su cuarto día la carrera ingresó al terreno clásico del Dakar: el desierto. La región de Fiambalá captura toda la esencia de este tipo de competencia y una vez más ese magnífico paisaje fue el marco en el que se medirán mano a mano los mejores exponentes del Cross Country a nivel mundial.
Apenas iniciada la prueba, los participantes dejaron la ruta principal para adentrase en territorios sin huella marcada y con muchos obstáculos para superar si no se sigue por el camino correcto. El terreno presentó muchas subidas y bajadas como así también varios tramos donde el estado del suelo, sumado a las grandes rocas, apareció como obstáculos para tener en cuenta a la hora de acelerar.
Promediando la jornada, la caravana encontró una zona de dunas firmes que se extendió por aproximadamente 20 kilómetros tras lo cual retornaron a una sección de caminos angostos y muy sinuosos. El estado de estos senderos puso a prueba la resistencia de las máquinas.
Para el final, el libro de ruta marcó el ingreso al lecho de un río antes de regresar a sectores de dunas sin huella marcada. Estos kilómetros fueron del agrado de los pilotos, al igual que el último sector del recorrido, en el cual se retomó un camino montañoso, con un descenso de riesgo debido a las pronunciadas bajadas.
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