El Gobierno K sintió el impacto de la crisis desatada en el ámbito militar, pero decidió sostener al jefe del Ejército, general de división César Milani, sobre el que este martes arreciaban los pedidos de renuncia por su actuación durante la última dictadura militar.
Sin autocrítica, la presidenta le dio un fuerte respaldo a Milani luego de que el lunes debió postergar hasta diciembre próximo el tratamiento en el Senado de su pliego de ascenso a teniente general, por no contar con los votos necesarios de algunos senadores aliados y oficialistas.
“Durante más de diez años, se nos acusó de que nuestra lucha por los derechos humanos era de venganza y revanchismo. Quienes nos habían criticado, hoy se han convertido en el principal ariete en nuestra contra”, Cristina Kirchner confirmó y dio un reaccionó la Presidenta en un discurso por cadena nacional, el duodécimo en este año, con tono de campaña electoral.
Lo hizo al encabezar un acto en la Casa Rosada en el que presentó un informe sobre extranjerización de tierras y destacó supuestos logros del Gobierno.
Milani fue cuestionado por sectores opositores y por la prensa, apenas lo nombraron al frente de la fuerza, por su actuación como subteniente en la dictadura militar. Fue denunciado por la desaparición del soldado riojano Alberto Ledo en Tucumán, durante el Operativo Independencia, en 1976, y por el secuestro de Ramón Olivera en La Rioja, en 1977.
Luego de varios días de escándalo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que preside Horacio Verbitsky, emitió el lunes un duro informe y pidió el rechazo del pliego de Milani, lo cual causó sorpresa en la Casa Rosada, donde había fuerte malestar con el periodista del diario Página/12, según trascendió.
“Lo tragicómico es que nos acusan a nosotros quienes sancionaron las leyes de obediencia debida y punto final, que permitieron que torturadores caminaran por las calles”, atacó Cristina. Se refería a la oposición y a la prensa.
La Presidenta ratificó además su intención de “incorporar a las Fuerzas Armadas al proyecto nacional”, lo cual podría interpretarse como una “partidización” de los militares.
“No voy a aceptar ningún linchamiento mediático de ningún interés empresarial al que no le importan ni las víctimas ni los derechos humanos, sino sólo hacerle daño a un gobierno que ellos creen contrario. No voy a ser títere de nadie”, dijo. Y señaló que postergó “todos los ascensos militares” y no sólo el de Milani.
No obstante, la Presidenta resolvió enviar de oficio el informe del CELS a los tribunales federales de Tucumán y La Rioja, donde se investigan los casos denunciados. “Todos, uniformados o no, tienen que responder ante la Justicia”, dijo en la única señal de toma de distancia de Milani.
La Presidenta instruyó este martes al secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, para que presentara el informe del CELS ante los juzgados federales de La Rioja y de Tucumán. “La Secretaría no había encontrado elementos de peso contra Milani”, señaló una alta fuente oficial vinculada con Fresneda.