En primer término El Expediente abordó el Caso Pitu Albornoz, la docente asesinada hace 3 años. Su mamá, Mónica Ibáñez, recordó a su hija contando por primera vez que «ese día, por el día en que Pitu murió, tenía un mal presentimiento, me sentía rara». «Me contaron del accidente pero no de que había muerto, pero yo lo sentía y al rato escuche a alguien decir que no íbamos a viajar que no había nada por hacer, ahí me di cuenta que murió y a las 4 de la mañana me la trajeron en un cajón», detalló.
Recordó que Salcedo trato de contactarla varias veces y le preguntó «¿Usted perdonaría al asesino de su hija?». Por último le habló y dijo: «hágase cargo de la muerte de mi hija, no me gustaría que Usted tenga que llorar a un hijo como lo estoy haciendo Yo».
Luego fue el turno del Caso Emanuel Garay. Roque, su papá, participó del El Expediente y dijo estar conforme con el avance de la justicia. Se refirió a Angulo y a Páez, manifestando que es muy difícil comprobar que ellos dieron la orden. Consternado, sostuvo que «cuando Emanuel murió le agarre la cara en el cajón y le dije ‘te juro que todos los que hicieron esto van a pagar'».
«Acá está muy claro lo que pasó, el objetivo era rematarlos para que se vayan y que al otro día tengan 100 vacantes más para poder cobrar los 5 mil del psicofísico y los 6 mil del uniforme, es un negocio», disparó.