Le guste a quien le guste, no se puede dejar de reconocer que en estos últimos años, el Ministro de Infraestructura ha creado su propia estructura de poder y militancia. Cuando un dirigente tiene estructura propia, inmediatamente se le agrega el ‘ismo’ a su apellido; es por ello que hoy se menciona al ‘Bosettismo’ para referirse al espacio del Ministro.
Sin embargo, aún con esa estructura, Bosetti perdió las elecciones del 8M. ¿Contra el Casismo? No, Casas no tiene su propia estructura; el bosettismo perdió contra una suma de dirigentes que se unieron y le ‘prestaron’ sus votos al actual vice gobernador. El objetivo de estos dirigentes (Saúl, Del Moral, Cárbel, Páez, Oviedo, Guzmán Soria, etc) era claro: no querían el triunfo de Casas, querían el fin del Bosettismo.
Habiendo derrotado al Ministro en las urnas, ahora todos levantan la voz para asegurar que “Bosetti es uno más, no debe tener privilegios, por el contrario, debe acompañar desde el llano”. La cuestión no es si ‘le dan la vice o no’, el tema es destruir al Bosettismo y transformarlo en un dirigente más del Bederismo. Si Bosetti se queda en el oficialismo, deberá resignar su estructura. ¿Cómo se traduce esto al español básico? Carlos Corzo (Milagro), Pedro Ferrari, Oso Chamía, José Aparicio, Rocier Busto, Daniel Elías tendrán que quitarse el mote de ‘bosettistas’ que se habían calzado para volver a ser, lisa y llanamente, bederistas.
Quedándose en el Bederismo, aún con la vicegobernación, Bosetti será durante los próximos cuatro año un vice gobernador sin manejo de caja (como lo fue Tere Luna) imposibilitado de sostener su estructura. Si Bosetti decide quedarse en el Gobierno, su estructura desaparecerá. En el plazo inmediato, con la partida de Daniel Elías, José Aparicio -y algunos más- que no respetarán su decisión y migrarán solos a otros espacios; en el plazo mediato, con la pérdida de capacidad –financiera y política- de sostener a los dirigentes que había seducido. ¿Cuánto tardarán Carlos Corzo o Rocier Busto en dejar de ser Bosettistas y calzarse de nuevo el mote de Bedeistas cuando sea Casas (Beder) el que maneje la Caja y defina cuántos fondos les envía a sus Departamentos?
Por su parte, si Bosetti define dejar el Bederismo, la situación no será fácil. Como lo declaró recientemente Nicolás Martínez (que fue ‘bosettista’ el 8M) “cuando uno pierde una elección, se le van el 30% de los votos”. A ese porcentaje de ‘desertores’ habría que sumarle otros tantos que no estarán de acuerdo con su partida. Sin embargo, Bosetti mantendrá su estructura, es decir el Bosettismo seguirá vivo. Vaya donde vaya, se llevará consigo al ‘Bosettismo’.
Es decir, si Bosetti se queda en el oficialismo, el Bederismo se ‘comerá’ al Bosettismo. Si se va, el bosettismo subsistirá. Por ejemplo, si se suma al frente peronista anti bederista, está claro que el liderazgo estará en manos de Quintela y su espacio, pero Bosetti mantendrá su ‘ismo’. Ferrari, Elías o Aparicio serán ‘bosettistas’ que acordaron con otro frente para llegar a ser Gobierno. Néstor Bosetti no será quintelista, seguirá siendo Bosettista.