Ha llegado la hora, de romper con las cadenas, de alzar nuestra voz en defensa de aquello que los cobardes, lumpenes y lamebotas no hicieron, ni están haciendo. La asamblea soberana se acabó, cayó en manos de jóvenes y figuras conciliadoras, que congelaron y vendieron los 21 días de lucha en la toma¡¡
Pero nosotros, esta pequeña minoría, salimos de la ceniza de haber perdido tan solo una batalla, para tomar control¡¡¡Para organizarnos y romper con el pensamiento estanco e infértil de que tenemos que pedir permiso para movilizarnos. Esta asamblea popular abrirá una enorme brecha en la historia de esta universidad y de esta tierra. Escucharemos la voz de aquellos oprimidos doblemente engañados, con promesas y acuerdos burgueses, que desquiciadamente sirvieron solo de valor de cambio ante nuevos colores, con similares metodologías.
Haremos caer las ideas, transformaremos los espacios, dejara de ser un no-lugar en el que nuestros compañeros en piloto automático, transitan de paso en un contexto de crisis social donde intentan frenar nuestras conciencias, forjándonos como profesionales sin rol social. Para que no respondamos al deterioro de vida de los ciudadanos de nuestra tierra, para que no intervengamos ante el creciente índice de sujetos que están bajo la línea de pobreza, que los lleva al individualismo y la fragmentación social. Etc.
La universidad lejos de responder distinto es reflejo de esa crisis, dejando de ser un lugar de transformaciones y encuentros transcendentales, fomentado por los gobiernos ciegos, sordos y mudos. Debe volverse un lugar donde los sujetos se anclen y proyecten a un porvenir más allá de sus murallas.
¿Por qué decimos un no lugar? Porque no nos ha permitido crear una identidad singular en libertad, ni relación, sino soledad y similitud. Donde todo vínculo es una fricción entre los intolerantes y agentes de pasividad, con aquellos que orgullosamente consientes alzan las banderas de la transformación. Las relaciones de las personas en los pasillos las han despersonalizado otra vez como antes del Tellismo, premiando el anonimato, impidiendo todo sentimiento de pertenencia/identificación/motivación de participación en todas las aristas posibles, para que se sustituya lo transcendental de hacer por el otro en lazos lábiles, efímeros y circunstanciales.
¿Cuál es nuestro desafío? Reinventar la escena de vínculos, reinventar aquellos oficios que nos van inculcando en las cursadas cotidianas. Por medio de la función más pedagógica de todas que es cuestionar los conocimientos, promoviendo la certeza de que el cambio es responsabilidad de nuestras acciones, arraigando a nuestros compañeros a las actividades de debate, discusión, reflexión y movilización. Re-creando y apostando a nuestras reivindicaciones que vayan más allá de las murallas manifiestas y latentes de nuestra universidad.
ASAMBLEA POPULAR UNLAR