Poseedora de unas curvas exuberantes, saludablemente lejos de los cánones de mujeres excesivamente delgadas, Belu dice que su cuerpo es “una tómbola” que se adecua a sus diferentes estados de ánimo. “No me importa el qué dirán y me doy todos los gustos: me permito estar gorda cuando así sucede, y no me condeno por eso. Hubo una época en la que estuve detonada, y volvería a estarlo”, confiesa.
Defensora “de la mujer real”, Francese aprendió a aceptarse con la terapia: “Soy feliz con mis caderas y mi cola gorda. Me costó, pero lo aprendí”. Pero, ¿cuál es su estado de ánimo actual, habida cuenta de que ya pasó un año desde su último noviazgo? “¡Bárbaro!”, se define.
Y ahí están las fotos que le dan la razón a esa correspondencia entre su cuerpo y su alma. Porque al haberse dedicado casi por completo a su rol como actriz teatral -el fin de semana se despidió de la obra Mr. Amor, junto a Matías Alé y Álvaro Navia, entre otros-, Belén había relegado aquel costado sexy. Y hacía tiempo que no se mostraba como en las fotos que en exclusiva le envió a Teleshow desde las playas de Miami.
Pero lo dicho: esta mujer con alma de poeta y pensadora cotidiana, tal cual se define, no descuida la diversión. Y luego del sol y la arena estuvo en Disney, divirtiéndose a lo grande como cuando era chica, en compañía de su hermana y sus sobrinos.
Pero ya llegó el momento de regresar a la Argentina. ¿Y de reencontrarse con el amor? “Cuando me cruce con alguien con mis valores, me volveré a enamorar…”, se ilusiona. Porque su corazón, como el de todos, también es una tómbola.