A medida que avanza el año académico, la crisis en las universidades públicas argentinas no solo persiste, sino que se profundiza. El ajuste aplicado por el gobierno de Javier Milei está teniendo consecuencias irreversibles en la comunidad universitaria: salarios pulverizados, becas congeladas, deserción estudiantil y una fuga masiva de docentes e investigadores ponen en jaque la sostenibilidad misma del sistema educativo público.