Hoy comienza La Chaya y su principal punto de venta de entradas dejó mucho que dejar durante toda la semana, llegando al límite en la mañana del viernes. La Caldera no respetó los horarios, ayer hubo serios inconvenientes con los descuentos por planilla y hoy es un infierno: gritos, empujones y piñas para lograr una entrada.