La gloria continental será eterna para River, pero este tropiezo en el final de la temporada deja un sabor amargo. Hasta la tierra de las mil y una noches llegó el campeón de América con el impulso de la victoria en el Superclásico. Con “buenas sensaciones y energía positiva” había dicho Marcelo Gallardo. No bastó con el genio en el banco, que no pudo frotar la lámpara con sus cambios. Tampoco, Pity Martínez, que falló en los noventa minutos. Ni Juanfer Quintero, autor del golazo que resolvió la máxima competencia continental. Ni Lucas Pratto, el goleador de los 14 millones de dólares. Ni siquiera Franco Armani, el hombre de las manos sagradas. A excepción de Rafael Santos Borré, ninguno estuvo a la altura. Mucho menos, Enzo Pérez, quién pateó con displicencia el último penal. Al Ain FC ganó desde los once metros, después de 120 minutos a pura intensidad. River jugó uno de los peores partidos del ciclo del Muñeco.
River sufrió un cachetazo mundial ante el exótico Al Ain en su debut y despedida en el Mundial de Clubes
Del impacto en España y ese resultado que quedará grabada a fuego el corazón de sus hinchas a la frustración de Medio Oriente. De esa Copa Libertadores que conquistó en el Santiago Bernabéu ante Boca, ni más ni menos, a este porrazo frente a Al Ain FC, el campeón de Emiratos Arabes Unidos. Del sueño de enfrentar al Real Madrid y ganar la auténtica final del mundo a una caída demasiado dura. Un cachetazo mundial.