Redacción de RiojaLibre
No tiene protagonismo. No aparece en los anuncios importantes. Y tampoco aparece cuando hay que ‘poner el pecho’ para que las críticas opositoras no dañen la imagen del Gobernador. Su discurso cuasi evangélico, y su actuar pastoral parecen ser insuficientes para justificar el cargo que ocupa.
Se trata de Alejandro Moriconi, que desde hace más de un año ocupa el ‘Ministerio Político’ del Gabinete de Sergio Casas, pero en más de 400 días no se recuerda ni una política determinante, ni una actuación destacada del ‘Ministro Político’.
Paso la Enmienda Constitucional del 27 de Enero, y quien debía ser el actor principal de la elección, defendiendo el Proyecto del Ejecutivo, increíblemente se ocultó y ni apareció en la campaña. Luego vino el trajín en la Corte Suprema, y quien llegó al Gabinete como una ‘personalidad reconocida a nivel nacional’ tampoco hizo nada al respecto: el fallo fue unánime contra el Ejecutivo.
Semanas atrás se anunció el primer aumento salarial: 15% de bolsillo pero al básico. El aumento fue mayor al de casi todas las provincias -en marzo-, pero la oposición arremetió fuerte fustigando el anuncio del Gobernador. Increíblemente, Moriconi no apareció: ni para negociar con los gremios opositores, ni para defender en los medios el aumento brindado.
Ahora, esos gremios disconformes con el aumento, más otros sectores embroncados y defraudados por la creciente ola de inseguridad que sacude a La Rioja, lleva adelante una serie de protestas. La pregunta que se hacen todos es: ¿dónde está Moriconi? ¿qué hace? ¿Por qué no aparece?
Llegó al Gabinete como un ‘erudito’ que solucionaría la creciente inseguridad. Lejos de solucionar el problema, lo profundizó. Políticamente, tampoco da respuestas; su solución siempre pasa por esconderse y no dar la cara.
Tal es la ausencia del Ministro de Gobierno y Seguridad, que hoy se llevará acabo una marcha reclamando justicia por el caso Angel Ruarte, pero el lugar elegido es la Legislatura. Es decir, ni para protestarle en contra la ciudadanía tiene presente la figura de Moriconi.
En sus primeros dos años de gestión, Sergio Casas tuvo un Ministro de Gobierno, Seguridad, Justicia y Derechos Humanos que -con aciertos y errores- se hizo cargo del carácter político del Ministerio. Era Claudio Saúl quien atendía a los Gremios para escuchar sus demandas salariales, era Saúl quien ponía la cara ante las protestas por el Decreto 840, era Claudio Saúl quien explicaba en los medios los alcances de una medida importante.
En definitiva, era Claudio Saúl el ‘escudo’ que tenía Casas para proteger su figura. Era el Ministro Político quien pagaba -valga la redundancia- el costo político de medidas o iniciativas que no tenían el aval popular, pero eran necesarias para gobernar.
Hoy, ese ‘escudo’ no está. A veces, Gastón Mercado Luna ocupa ese lugar atrayendo críticas y salvaguardando la figura del Gobernador. Mientras tanto, Alejandro Moriconi sigue pintado al óleo…