Hace unos días atrás, distintas entidades y organizaciones que nuclean a comerciantes elevaron un petitorio a las autoridades provinciales para que intercedan y pongan fin al acampe y a las movilizaciones constantes en Plaza 25 de Mayo, el paseo principal de los riojanos.
No es que se intente cercenar el libre derecho a manifestarse, pero plantean que se realice en otro sitio (la propia Municipalidad, por ejemplo), para no interrumpir el tránsito de los riojanos que nada tienen que ver con este conflicto entre el gobierno provincial y municipal y que afecta gravemente las ventas de los comercios céntricos, además de poner en peligro la integridad de los miles de riojanos que a diario circulan por ahí.
Como si haber «sobrevivido» a la pandemia fuera poco, los comerciantes ahora deben padecer las marchas municipales en el centro de la ciudad, y ven con desesperación cómo merman las ventas a raíz de las movilizaciones y cortes de tránsito en las arterias céntricas de La Rioja.
En la lucha de trabajadores contra trabajadores, los únicos favorecidos son los altos funcionarios de la Municipalidad de La Rioja, que arrean a sus empleados como si fuera ganado y los usan como títeres para satisfacer sus ansias de poder e intervenir en las rencillas políticas.