Redacción de RiojaLibre
Mucho se ha pedido desde todas las instituciones (Estado, Medios, Organizaciones, etc.) que las mujeres pierdan el miedo de denunciar a quien vulnere sus derechos. Sin embargo, lo que está pasando en el Municipio demuestra que ‘en la práctica’, pasa todo lo contrario: a quien denuncia se la castiga con la quita del sueldo.
En Junio del año pasado una joven se animó a denunciar al Concejal Enrique Balmaceda por abuso sexual. Pasaron unas semanas, y la joven fue apartada de su cargo, y a los pocos meses fue ‘dada de baja’, quitándole el salario.
«Mi clienta pidió ayuda no solamente a sus compañeros, sino a sus superiores llegando a los altos mandos, pidiendo la reincorporación pero nunca se la dieron», sostuvo el abogado Andrés Arias Blanco, defensor de la víctima. Es decir, la joven no se quedó con los brazos cruzados sino que solicitó la ayuda de las áreas correspondientes (Dirección de Género, a cargo de Patricia Rippa), y hasta habría llegado a la Intendenta, pero nadie la escuchó.
Por el contrario, fue dada de baja, y ho no cobra su salario., «Ella trabajaba en el Municipio, era funcionaria no escalafonada y sin notificarla la dieron de baja», detalló el letrado, y luego sentenció: «Mi clienta, por haber denunciado de abuso sexual a un Concejal, fue dada de baja, y hoy no tiene sueldo».
Más allá del discurso que enarbolen Patricia Rippa, Inés Brizuela y Doria y todas las funcionarias del Municipio cuando se acerca el 8 de Marzo, la realidad indica que el Municipio CASTIGA a quien se anime a denunciar a algún funcionario de peso cercano a la Intendenta.
La única verdad es la realidad. La realidad hoy indica que la joven denunciante se quedó sin trabajo precisamente por animarse a denunciar, y el Concejal denunciado sigue cobrano su salario, en funciones, y ‘mostrado’ por la Intendenta en cada aparación pública que ella tiene.